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EMPRESAS

Narices electrónicas controlan por Internet los procesos de calidad

La española eSense Systems fabrica olfateadores para la industria alimentaria y medioambiental

Tres años es el tiempo que tardaron cuatro investigadores en crear una empresa de narices: eSense Systems.

Teodor Sundic, Toni Pardo, Xavier Cano y Alexandre Perera son los creadores de esta compañía que fabrica y vende narices un tanto peculiares: son electrónicas y se conectan a Internet, de manera que quien las usa puede realizar remotamente el control de calidad de los procesos de fabricación industrial, sea en una o varias plantas de producción.

La compañía, salida del departamento de electrónica de la Universidad de Barcelona, cuenta con dos líneas de negocio estratégicas, alimentación y medio ambiente, y pretende crear instrumentos asequibles para la industria, entre 12.000 y 20.000 euros. "Un cromatógrafo de gases que también usan las empresas alimentarias puede costar 100.000 euros", dice Teodor Sundic, serbio de 33 años, director de desarrollo de negocio.

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De momento, uno de sus instrumentos está en fase de pruebas en la planta de una multinacional alimentaria, especializada en la producción de patatas fritas. La enariz instalada en la campana extractora es capaz de distinguir cuándo el aceite usado para freír las patatas -frutos secos o snacks- está pasado y conviene cambiarlo. Además, su encargado la puede controlar a través de Internet y "avisar al personal de que procedan al cambio en el momento óptimo", dice Sundic.

Las enarices imitan el funcionamiento del olfato de los mamíferos. Se trata de máquinas dotadas con sensores de gases que reaccionan ante la presencia de moléculas químicas y emiten una señal que es procesada por un ordenador que determina las sustancias presentes y la proporción en que se encuentran. Además, llevan software basado en inteligencia artificial: "algún experto debe instruir las narices electrónicas para que funcionen correctamente, y quien las use debe ser capaz de interpretar los resultados que generan los sensores de gases", explica Pardo, de 36 años.

Autocalibración

Las narices electrónicas de eSense Systems no necesitan que su responsable sea ingeniero, ni tan siquiera docto en la materia. "Desarrollamos instrumentos específicos para aplicaciones muy concretas que no requieren formación previa. Nuestra enariz se calibra por sí misma, es decir que selecciona los mejores sensores para su uso específico", explica Cano, responsable de I+D.

Sus enarices también tienen múltiples aplicaciones en el sector medioambiental, básicamente para el control de calidad del aire, ya sea en espacios abiertos o cerrados. Detectan los malos olores que emiten las depuradoras, la emisión de gases tóxicos en los edificios e, incluso, en las ciudades. "Si se instalara una red de enarices -sensores similares a los que actualmente controlan el tráfico- se podría seguir el rastro de una nube tóxica que se desplaza por la urbe", dice Sundic.

eSense Systems recibió el año pasado varios premios. Entre ellos, fue ganador del proyecto NETI, organizado por Amena, el Instituto Empresa y HP, entre otros. Este galardón sirvió para que estos cuatro científicos -tres de ellos son ingenieros electrónicos y el otro, físico- se formaran como empresarios y aprendieran las dificultades de elaborar un plan de negocio: Salir del laboratorio para buscar financieros y clientes.

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