Relatos inocentes del desgarro de la guerra
El Museo Marítimo recoge en una exposición el testimonio de los menores que partieron al exilio durante la Guerra Civil
"Mamá, también te digo que les des muchos besos a la hermana, y a papá, y tú recibes otro y también te digo que si esta carta te llegara a las manos contestes con muchas noticias". Estas líneas las escribió la niña Pilar Uraco a su madre en 1938. Pilar era una de las niñas de la guerra, una de los más de 30.000 menores que salieron de forma organizada de España entre 1936 y 1939 huyendo del fascismo. A esta cifra hay que sumar aquellos que marcharon de forma descontrolada. El destino en el exilio de Pilar fue la URSS. Su madre nunca le envió una respuesta "con muchas noticias" porque no recibió la carta, el bando franquista lo impidió. El documento se expone junto a otras piezas que recuerdan a estos niños de la guerra en El exilio de los niños, exposición organizada por las fundaciones Pablo Iglesias y Largo Caballero en el Museo Marítimo de Barcelona.
El exilio de los niños quiere reflejar la situación por la que pasaron los menores que abandonaron a sus familias huyendo de la muerte y que luego regresaron a un país que nada tenía que ver con el que dejaron. Los testimonios, los objetos personales, documentos oficiales y fotografías sirven para construir el discurso de esta exposición que parte de las historias personales para construir un panorama general de este exilio. Historias como la de la niña Lucinda Sánchez, que murió en un bombardeo justo al cruzar a pie los Pirineos. Su hermana menor conserva aún las enaguas que llevaba entonces Lucinda. La prenda se expone junto a los diminutos y acartonados zapatos que calzaba Ramiro Cañizo cuando atravesó también a pie la frontera, o los dibujos alegres de los niños a la tripulación del barco Winipeg.
María José Millán, comisaria del acto, explica que la exposición es fruto de un año y medio de investigación, entrevistas con supervivientes y búsqueda por decenas de archivos. Así, se expone por primera vez las imágenes de estos niños que posee Ceges-Soma (el centro de investigación histórica sobre guerra y sociedad contemporánea). Los llamados corazones de papel (hexágonos de cartón que los ingleses colgaban a los menores para identificarlos), juguetes, cuadernos y cartas son otros de los objetos expuestos. Millán considera que para estos niños no fue tan dura la marcha como el regreso. "Pensaban que se iban para tres meses, nunca imaginaron que muchos ni siquiera volverían a ver a sus familias. Además, al volver soportaron el uso propagandístico que hizo el franquismo de ellos y una educación que señalaba a sus padres como criminales. Muchos incluso pidieron volver con sus familias de acogida", explica la comisaria que cifra en 4.000 los niños que nunca volvieron. La exposición se inauguró en Bilbao el pasado diciembre y permanecerá en Barcelona hasta el 28 de marzo (estas son las ciudades de la que partieron casi todos los niños); luego visitará Madrid y Valencia.
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