Vida inteligente
La ciencia presume de ser ajena a las modas, a los prejuicios, a los intereses y a las ideologías, y esa independencia es cierta cuando se refiere a sus resultados finales, a sus hechos probados, a sus teorías establecidas, pero no lo es en modo alguno cuando se aplica a la práctica científica y a su gestión: qué preguntas se consideran prioritarias, qué criterio las evalúa, qué es necesario o superfluo enseñar a un estudiante, qué Gobierno financia qué experimentos a cambio de qué futura compensación. Las sociedades democráticas pueden y deben opinar sobre todas estas cuestiones, y de ahí que sea digna de elogio la más osada iniciativa que Manuel Toharia ha incluido en su nueva serie de divulgación científica, Atlantia: una tertulia de profanos.
El primer capítulo, emitido cuando el domingo ya no merecía tal nombre, reunió a la actriz Lola Herrera, el humorista Mariano Mariano, la periodista Marta Robles y el presentador Guillermo Summers en torno a la cuestión del origen de la vida, la exploración espacial y nuestra posible soledad en el universo.
No sorprende que los planes anunciados por George Bush para lanzar misiones tripuladas a Marte secuestraran la atención de los tertulianos. "A Bush le gusta ir a muchos sitios", ironizó Lola Herrera. "Si encuentran una bacteria en Marte, le darán un gran recibimiento en la Sexta Avenida", añadió Mariano Mariano. "¿Hay vida inteligente en Estados Unidos?", terció Summers. La opinión más común fue que, antes de emprender rutilantes aventuras interplanetarias, la humanidad haría mejor en ocuparse de las miserias que afligen a sus dos terceras partes. Nadie vea en ello una muestra de ignorancia: ayer mismo, el científico y ex director general de la Unesco Federico Mayor Zaragoza defendía la misma tesis en su artículo Misión: la Tierra, publicado en este diario.
La tertulia, en cualquier caso, es un gancho eficaz que no ocupa más del 20% del programa. El resto es divulgación científica ortodoxa, cimentada en entrevistas con una decena de especialistas y apoyada con un abundante, interesante y atractivo material documental. Tratándose de un espacio cuya vocación, de no ser por el horario de búhos que le han asignado, sería acercarse a una audiencia amplia, constituye un acierto prescindir de los meandros de la más rabiosa actualidad científica y concentrarse en materias más generales y mejor asentadas. Ése es el consejo de los pedagogos de las ciencias: definir un canon básico de conocimientos -el mínimo de cultura científica que cabe exigirle a un ciudadano- y centrar en él todos los esfuerzos académicos y divulgativos.
Cabe quedarse con una frase del tertuliano Summers: "La imaginación ayuda a encontrar la verdad". Él lo decía como una crítica a la ciencia, pero es todo lo contrario. Ya lo explicará Toharia.
[Atlantia fue seguido en TVE-1 el pasado domingo, día de su estreno, por 572.000 espectadores (15,6% de cuota de pantalla)].
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