"A veces creo que estoy muy visto"

Xavi llegó al primer equipo del Barça en 1998 como parche para hacer de Guardiola, lesionado. Ahí sigue, convertido en un puntal del equipo azulgrana. A sus 24 años, con un Mundial juvenil, una Liga y una Copa en su currículo, está llamado a liderar una generación de futbolistas que ha vivido en sus carnes el traumático adiós de Josep Lluís Núñez, la etapa de Joan Gaspart, el interregno de Enric Reyna y la irrupción de Joan Laporta. Muchos presidentes, pero todavía han sido más los cambios en la dirección deportiva del equipo. Xavi ha jugado a las órdenes de Van Gaal, Rexach, Serra Ferrer, Antic y continúa haciéndoles ahora a las de Rijkaard. En los últimos partidos, además, ha desempeñado funciones diferentes a las que acostumbraba como medio centro.

"El fútbol es movimiento y, si te paras, no ves la pelota ni en broma"

Pregunta. La capacidad de sacrificio que exhibió el equipo ante Osasuna ¿fue una actitud motivada por el afán de responder a Cruyff cuando dijo que en el vestuario hay gente acomodada?

Respuesta. Recuerdo que cuando entrenaba al Barça, muchas veces lanzaba retos de esa índole a los jugadores antes de los partidos. A mí no me molestaron sus palabras porque las tomé en positivo. Estoy seguro de que hizo esas declaraciones buscando algo bueno. Además, se trata de Cruyff y mi respeto hacia él es enorme.

P. Se ha puesto usted el mono de trabajo y no le queda grande. ¿Sorprendido?

R. Los partidos no los ganas sólo tocando la pelota. Cuando sufres, la victoria sabe de otra manera. El día del Sevilla o el pasado domingo tenías que ver la alegría en el vestuario, parecía que habíamos ganado un título.

P. Hablaba Ferguson de valores de clase obrera al servicio del fútbol...

R. Si, hay algo de eso, del orgullo de trabajar con un fin. En Pamplona nos dimos una paliza, viaje, llegas a casa con golpes del partido, dolorido, te cuesta dormir. Pero has ganado y eres el más feliz del mundo.

P. Usted parecía condenado al banquillo con la llegada de Davids. ¿Se puso las pilas?

R. No, yo siempre he trabajado lo mismo, pero ahora corro más porque ocupo más campo y he cambiado algo las prioridades sobre el campo.

P. Parecía que no tenía sentido verle a usted si no era en el centro y con gente en la banda...

R. Me veo capacitado para jugar de otra manera, la verdad. A mí me va muy bien la referencia de Luis García en la banda y está jugando de narices. Es una opción de pase. Pero sin extremo, debo buscar a Saviola, a Kluivert o a Ronaldinho. Es más fácil que reciban de espalda, por eso prefiero lanzar al extremo, esa opción me gusta más.

P. Fue el primer compañero de habitación de Saviola en el Barça y su relación va más allá del campo, pero ¿se nota sobre el césped?

R. Con Javier tengo una relación personal y eso siempre ayuda a que podamos entendernos mejor. Hemos compartido muchas horas y hemos hablado mucho de fútbol y nos adivinamos las intenciones. Pero no creas que con Kluivert es diferente, casi he jugado más con Patrick como referente que con cualquier otro.

P. Lleva cuatro goles en lo que va de temporada. Uno más y supera record personal.

R. ¡Imagina que poderío, si meteré pocos que con cuatro ya he igualado el registro! Es verdad, estoy llegando más al área ahora porque tengo dos compañeros más defensivos en el medio del campo y me voy más tranquilo. Si quien sube es Edgar, me quedo yo al rechace y al revés. Creo que hemos interpretado bien las permutas de posición y cualquiera de los tres, Cocu, Davids o yo, puede caer a una banda o a otra, dependiendo del partido. El fútbol es movimiento y si te paras no ves la pelota ni en broma. Mi rol en la banda derecha, que es por donde más me muevo ahora, me gusta mucho.

P. Y al final, aparece Ronaldinho y asunto resuelto.

R. He visto los periódicos y, como me esperaba, su gol es portada. Normal, fue impresionante. Pero tapa un poco el partidazo que jugó: se pegó una paliza impresionante, casi trabajó más sin pelota que con el balón y se las llevó todas por arriba. Luego, claro, saca su calidad y te mata, pero con eso ya cuentas, para eso le tenemos. Pero creo que aporta más que goles y cosas bonitas.

P. ¿Usted prefiere que juegue libre por el centro o en la banda?

R. Me da igual, pero que juegue. Yo le quiero ver en el campo siempre. Es como Puyol. Para mí es el líder atrás y saber que está ahí me genera tanta confianza como supongo que respeto le causa al rival.

P. Oleguer jugó tan bien en su ausencia que cabía pensar si no era mejor que en Pamplona actuara de lateral...

R. Yo prefiero verle en el eje, pero da igual, que juegue de lo que sea, con tal de que juegue. Y es verdad, Oleguer lo hizo de fábula. Pero eso es lo bueno, que tenemos recursos. Eso debe hacernos reflexionar. Hay gente muy joven, pero ya con mucha experiencia. Mira mi caso: a veces pienso que en el Camp Nou debo estar muy visto y sólo tengo 24 años. Por eso creo que este equipo tiene mucho futuro. Y también más allá del campo, incluso, como club. Me gusta la filosofía que está imponiendo la directiva, con nosotros han hablado siempre clar i català. Venimos de una época complicada, así que con paciencia y esfuerzo, el futuro puede ser blaugrana.

P. Otra lectura positiva: ganan 13 puntos de los últimos 15 puestos en juego y parece que ya no salgan por las noches.

R. Es que si se habla de eso es por culpa nuestra. Cuando ganas por norma, te ven un miércoles a las dos de la mañana, tomando algo después de salir del cine, y nadie se queja, te lo aseguro. El problema es que no ganes. El mango de la paella lo tenemos nosotros.

P. Escuchándole parece que todo es maravilloso.

R. Será que estoy orgulloso. Nos hemos ganado volver a estar aquí. Ahora toca pelear. Puestos a ser críticos, creo que nos lo tenemos que creer un poco más, pero sin volvernos locos. Poco a poco y partido a partido. Y currando como lo estamos haciendo.