Ana Palacio afirma que es necesario que la Unión Europea esté anclada al Mediterráneo

La ministra de Asuntos Exteriores, Ana Palacio, manifestó ayer en Valencia que es necesario que la Unión Europea esté anclada al Mediterráneo. Palacio intervino ayer en el acto inaugural de la jornada que la Unión Europea Occidental celebra en el Museu de les Ciències para analizar las políticas de seguridad y defensa frente a la aparición de nuevas amenazas. La ministra insistió en todo momento en la necesidad de reforzar el vínculo transatlántico con Estados Unidos y en la conveniencia de impulsar iniciativas conjuntas que refuercen la seguridad.

Los ponentes ponen en evidencia las diferentes estrategias entre la UE y EE UU

La ministra de Asuntos Exteriores aseguró que la coordinación entre Estados Unidos y Europa está en marcha por que la paz y la estabilidad del mundo exigen cambios en el sur del Mediterráneo y Oriente Medio. Ana Palacio se refirió a la falta de impulso del proceso de paz en el conflicto palestino-israelí y a la influencia del "terrorismo de la yihad" que sigue medrando en la ideología del odio y en una juventud sin perspectivas de muchos países musulmanes. "Sólo el establecimiento de sociedades justas en los países árabes puede traer estabilidad a la región", señaló Palacio, que insistió: "Es importante que miremos al sur y que la Unión Europea este anclada al Mediterráneo".

Por su parte, el presidente de la comisión de Defensa de la UEO, John Wilkinson, indicó que "la UE debe ayudar a que la carta de derechos de la ONU no quede socavada por actuaciones unilaterales". Wilkinson reconoció que "no hay acuerdo sobre la defensa anticipatoria" y que "las ventajas de la acción anticipatoria no deben ocultar los problemas legales". El representante de la UEO reconoció que el conflicto palestino-israelí tiene un efecto devastador sobre la Conferencia de Barcelona -en la que se sentaron los principios para incrementar la seguridad y la estabilidad en el área mediterránea- y expresó su opinión de que las políticas de inmigración no deberían basarse sólo "en el control reactivo", sino que se tendría que facilitar un entorno socioeconómico nuevo. Wilkinson reconoció, sin embargo, que no se puede olvidar que la razón de ser de la UEO es la defensa y, por tanto, la militar.

Durante la primera sesión de la jornada, el director del Instituto de Cuestiones Internacionales y Política Exterior, Vicente Garrido, manifestó que los acuerdos de no proliferación de armas masivas siguen siendo válidos, aunque ante las nuevas amenazas es necesario su refuerzo.

Garrido aseguró que frente al peligro de las armas nucleares existe un "nuevo riesgo emergente, el bioterrorismo", donde lo que tiene realmente importancia no es el número de armas, sino su posesión, ya que son efectivas y baratas, lo que les hace conocerse como "las bombas de los pobres".

Garrido explicó que un ataque con armas convencionales en una población no preparada para esa eventualidad costaría alrededor de 2.000 dólares por kilómetro cuadrado, 800 con armas nucleares, 600 con gases nerviosos y un dolar con virus o bacterias genéticamente modificables. Armas estas últimas que no necesitan de sofisticados sistemas de lanzamiento ni de transporte. Según el experto en cuestiones internacionales, cerca de dos decenas de Estados disponen de programas de armas químicas operativas, aunque se sospecha que son 37 los Estados que cuentan con este tipo de programas. Vicente Garrido señaló que mientras la Unión Europea basa su estrategia en la lucha contra la proliferación, la presión política y la diplomacia; Estados Unidos adopta la contraproliferación como arma.

La jornada, en cuyo acto de apertura participaron el presidente de la Generalitat, Francisco Camps, y la alcaldesa de Valencia, Rita Barberá, se clausurará hoy tras una sesión dedicada a la cooperación con los países ribereños del Mediterráneo sobre los problemas regionales. La clausura correrá a cargo del presidente de las Cortes Valencianas.