Modelo de acceso a la función pública docente
La película Ladrón de bicicletas (1948) comienza con una cruda escena de un funcionario encaramado en las escaleras, repartiendo unos pocos trabajos entre un numeroso y apretado grupo de hombres. Antonio Ricci consigue un puesto de trabajo, gracias a su bicicleta, como pegador de carteles.
Hoy el nuevo modelo de acceso a la función pública docente que nos presenta la señora ministra para adecuarlo al marco de la LOCE, sigue siendo una solución rancia en blanco y negro. Sigue siendo un tribunal compuesto por cinco miembros los que conceden la estabilidad laboral a quien supera un proceso selectivo. Es un modelo injusto y subjetivo y los que participamos como opositores tenemos la convicción de que también es fraudulento. Difícilmente podremos demostrar algo, porque las valoraciones son subjetivas.
En el colmo de cinismo, la Administración utiliza a los trabajadores interinos como excusa para mantenerlo (supuestamente porque beneficia a este colectivo), cuando la realidad de los datos denuncia que el porcentaje de aprobados de trabajadores con más de tres años de antigüedad es prácticamente inexistente.
La oportunidad de alcanzar un puesto estable dentro de la Administración aumenta cuando se guarda alguna relación con algún componente del tribunal (familiar, compañero de estudios, de trabajo, paisanaje, vecindad, amistad paterna...).
¿Tiene más posibilidades de aprobar un opositor que guarde alguna relación con algún miembro del tribunal? Señora ministra, en su respuesta sincera encontrará la evidencia de que estamos ante un sistema que incumple los principios constitucionales de "igualdad, mérito y capacidad".
¿Para cuándo un modelo objetivo y más transparente tipo MIR?
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