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2.000 propietarios 'toman' el ensanche de Carabanchel para exigir sus casas

Los futuros vecinos del nuevo barrio llevan 5 años esperando que les entreguen sus pisos

"¡Viviendas ya!". Más de 2.000 personas tomaron ayer el futuro ensanche de Carabanchel para exigir que les entreguen sus casas, tras cinco años de retrasos y de continuas subidas de precio. El nuevo barrio de Carabanchel está proyectado desde 1995 para albergar 11.350 viviendas. Dos mil de ellas llevan meses construidas, pero no se pueden habitar porque la fase de urbanización -infraestructuras de agua, electricidad, etc.- no está terminada aún. Además, en estos años el aspecto de la zona ha cambiado con las carreteras M-45, R-5 y M-40, que han mermado las zonas verdes.

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Los continuos retrasos en la entrega de sus viviendas, sumados a los sobreprecios que han tenido que pagar -a pesar de que muchas de esas casas son de protección oficial, y por tanto su precio, más bajo que el de mercado, lo fija la Comunidad- y al deterioro del proyecto inicial del PAU de Carabanchel han hecho perder la paciencia de los futuros vecinos del nuevo barrio. A las 11.30 de ayer, entre 2.000 y 3.000 personas tomaron pacíficamente la zona donde se encuentran sus pisos al grito de "¡viviendas ya!". Con pitos y silbidos, recorrieron el ensanche mostrando pancartas, entre las que destacaba la de un bebé: "Quiero mi habitación ya".

El barrio tiene más de cinco millones y medio de metros cuadrados para construir 11.350 viviendas, más de la mitad de protección oficial, que empezaron a comercializarse allá por 1997. Esta superficie está entre el casco viejo de Carabanchel y la M-40, y fue dividida en tres unidades de ejecución. La primera (UE-1) se acaba de empezar a construir, y de la tercera (UE-3) no se sabe aún nada. La segunda, UE-2, cuenta con más de 2.000 viviendas terminadas desde hace varios meses. Pero a estas casas les falta la cédula de habitabilidad que ha de conceder el Ayuntamiento. Ese requisito está pendiente porque aún no han concluido las obras de acondicionamiento de luz, agua, electricidad, etcétera.

Aunque sólo falta el 5% de las obras de urbanización, los vecinos acusan a Manuel Dapena, presidente de la Junta de Compensación -organismo representado por todos los promotores y encargado de la citadas obras-, de retrasar su consecución. "Para presionarnos y sacarnos más dinero", comentaba uno de los afectados que ayer se congregaron frente a sus casas.

Antonio Fernández Gordillo, diputado del PSOE en la Asamblea de Madrid, se unió a la marcha. El socialista hizo hincapié en la complicidad del Gobierno del PP en la Comunidad de Madrid con "la especulación" que ha tenido lugar en este proceso. También se sumó a la protesta Izquierda Unida, que ya había participado en anteriores actos de los vecinos. "La argucia de pasarse la responsabilidad de una administración a otra es inadmisible", señaló la formación política en un comunicado.

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El paseo por el nuevo barrio llevó a los manifestantes por calles deterioradas -fueron construidas hace más de un año- hasta el área donde estará ubicado el Parque Lineal. Hoy, esta zona verde que iba a ser la más grande del ensanche se encuentra sensiblemente mermada por el paso de la M-45. Además, una nueva vía de servicio para la M-40, contemplada un el proyecto del Ministerio de Fomento, también atravesará el Parque Lineal. Y un tramo de la carretera de peaje R-5 se mete dentro de otra zona verde.

Con todo eso, no sólo se ha reducido la superficie para jardines hasta el 10% -desde el 40% prometido en el proyecto inicial- sino que algunas viviendas se han quedado ya completamente pegadas a las vías. Allí el ruido supera en 20 decibelios el límite que señala la ley, según un estudio de la unidad de control acústico del Ayuntamiento.

Todos a una

"El DNI nos lo coges a todos". Ésta fue la respuesta de una gran parte de los manifestantes cuando uno de los 40 policías desplazados al ensanche de Carabanchel solicitó el documento de identidad a un hombre que en ese momento portaba el megáfono.

Éste se negó, y fue entonces cuando todos los vecinos que se encontraban alrededor se apresuraron a ofrecer el suyo. Al final la policía no tomó los datos a nadie.

"Aunque nos digan que necesitan la documentación de alguien para el informe, sabemos por experiencias anteriores que es perjudicial para la persona a la que identifican", explicó Roberto, uno de los propietarios de pisos del ensanche de Carabanchel que ayer se manifestó.

La marcha no estaba convocada oficialmente por ninguna agrupación, a pesar de que existe desde hace años la llamada Plataforma PAU de Carabanchel. Fue en un foro de Internet, desde el que miles de afectados comparten sus desventuras hace tiempo, donde surgió la idea de tomar el ensanche. Se trataba de un acto reivindicativo de "todos los vecinos".

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