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Reportaje:

El año de las grandes fusiones

Los coglomerados Sanofi-Aventis y Novartis-Roche modifican el mapa farmacéutico español

La OPA de Sanofi sobre Aventis puede dar lugar a un conglomedao francés capaz de competir con los gigantes norteamericanos; y frente al poder galo, los suizos Novartis y Roche exploran su posible unión. Si se cumplen las previsiones, Sanofi y Novartis le pisarán los talones, en el mercado español, al líder Almirall-Prodesfarma. Mientras tanto, las empresas españolas familiares como Esteve, Uriach o Ferrer esperan su momento.

Si triunfa la OPA de Sanofi sobre Aventis, el grupo francés ocupará la tercera plaza del ranking español, después de Almirall y Glaxo

"Miro cada mañana pero no veo llegar a nadie". Estas palabras de Jean François Dehecq, primer ejecutivo de la farmaceútica francesa Sanofi-Synthélabo han resultado premonitorias. Nadie acaba por llegar en auxilio de Aventis desde que, el pasado 26 de enero, Sanofi lanzara una OPA hostil -la oferta consistía en la entrega de cinco acciones de Sanofi-Synthélabo y de 69 euros en efectivo por seis acciones de Aventis-contra su hermana y competidora francesa que la duplica en facturación y volumen. No llegan el lobo ni el cabalero blanco capaces de evitar la OPA, y de momento tampoco llega la suiza Novartis, -hace algunos años absorbió a Ciba-,que anunció el pasado 30 de enero que estudiaba a su vez presentar una ofreta sobre Sanofi. ¿Pero, qué quiere Novartis? ¿Está dispuesta a ser la tercera en discordia o simplemente especula a la espera a que el precio de la OPA aumente, mientras guarda en la manga el as de una posible fusión con Roche?

Entre el laberinto de mensajes dialécticos que ha levantado la gran OPA farmaceútica destaca la respuesta enigmática de Igor Landau, el presidente de Aventis -fruto de la fusión entre Rhône-Poulenc y Hoechst- quién asegura que "una oferta hostil en este mercado es inútil, porque lo que compras en realidad no son líneas de producción de farmacia, sino acuerdos de propiedad intelectual". Comprar conocimiento resulta peligroso en los tiempos que corren. ¿Están dentro o fuera de los balances de las empresas los descubrimientos científicos aplicables? Sea cual sea la respuesta, todos saben que los auténticos tesoros de la farmacia se esconden detrás de las fábricas y de los hombres que las hacen funcionar. Y nadie sabe si adquiriendo fábricas con sus trabajadores dentro el comprador aumenta su balance o simplemente incrementa su pasivo.

En España, el ranking en volumen de ventas de los primeros laboratorios está por este orden: Almirall-Podesfarma, Glaxo, Novartis , Merck, Astra, Esteve, Sanofi y Bristol. Si triunfa la OPA de Sanofi sobre Aventis , el grupo francés resultante pasará a convertirse en tercer laboratorio después de Glaxo y por delante de Novartis. Pero si finalmente prosperara la posible fusión entre Novartis y Roche, los suizos serían quienes ocuparían la preciada tercera plaza del ranqquing español.

De momento, las empresas nacionales del sector parecen estar digiriendo todavía la fusión entre Almirall -antigua propiedad los hermanos Jordi y Antonio Gallardo- y Prodesfarma, controlada entonces por los Vila Casas. Y aunque detrás de aquella gran operación, el sector esperaba nuevos pasos hacia la concentración, lo cierto es que los grupos familiares españoles con gran tradición en el sector, como Laboratorios Esteve, Ferrer Internacional o Uriach, siguen dilatando la decisión de entrar en fusiones que les permitan ganar tamaño y competir en un mercado global.

Los 232 trabajadores que integran la plantilla de la planta de producción que Sanofi-Synthélabo tiene en Riells i Viabrea (Girona) están a la espera de conocer cómo les afectará la oferta de adquisición e intercambio de acciones sobre Aventis. Los representantes de los trabajadores consideran que "todavía es pronto para hablar de cómo puede afectar a la plantilla". No obstante, una portavoz de Sanofi-Synthélabo aseguró que en otras fusiones anteriores, la intención de la compañía fue "incrementar las espectativas de crecimiento" a "base de trabajar juntos" y "no despedir a nadie". Sanofi-Synthélabo, que cuenta actualmente con una plantilla de 1.019 trabajadores en España, tiene sus oficinas centrales en Barcelona, las citadas instalaciones industriales de Girona, una planta en Alcobendas (Madrid) y un centro de distribución en San Agustín de Guadalix (Madrid). Su medicamento estrella es un antitrombolítico comercializado bajo el nombre de Plavix, lanzado en 1998 en Estados Unidos y que ahora se comercializa en más de 65 países.

Tras la OPA de Sanofi, los especialistas se han apresurado a analizar un pronto matrimonio entre Novartis y Roche porque la competencia y la presión sobre los precios hacen prácticamente inevitables este tipo de uniones. El pasado año Novartis, número uno suizo, aumentó su participación en Roche de un 32,7% a un 33,3 %, lo que la sitúa cerca del umbral crítico para lanzar una OPA sobre su rival. Hace pocos días, el principal accionista individual de Novartis con el 3% del capital, Pierre Landolt, desató todos los demonios al explicar que sería deseable una fusión entre los dos principales grupos suizos del sector, Novartis y Roche. Y, por su parte, el primer ejecutivo de Novartis, Daniel Vasella, declaró a la revista Bilan que "2004 será el año de la vuelta a las grandes fusiones en la actividad farmaceútica". "Con poca presencia hasta ahora en EEUU, Novartis podría aprovechar esa alianza para aumentar sus posibilidades de implantación en aquel mercado, crucial para el desarrollo del grupo helvético", según un editorial de Tribune de Genève.

Para los analistas no cabe ninguna dudad de que Sanofi se saldrá con la suya ya que se trata de una operación apoyada por el Estado francés. "La grandeur está en juego; Francia, a diferencia de España, tiene política industrial, y en Europa, dentro del sector, sólo Suiza le planta cara", según un alto directivo de una empresa española.

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