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Una encina milenaria se salva de la ampliación de la N-I

Las obras de ampliación de la N-I (carretera de Burgos) han estado a punto de terminar con la vida de una encina milenaria situada en una finca en el kilómetro 30 de la autovía, en el término municipal de Colmenar Viejo. La empresa que está haciendo las mejoras de la vía tenía ya todos los permisos para llevarse por delante al milenario árbol. Pero a la encina se la ha aparecido un salvador: el propietario de la finca donde está plantada contrató los servicios de la empresa extremeña Salvar a la Encina para que ésta trasplantara el árbol a otro lugar, lejos de las grúas y de las máquinas excavadoras.

El salvador de la encina, que prefiere permanecer en el anonimato, va a tener que desembolsar entre 2.500 y 3.000 euros por toda la operación, según explicó el propietario de la empresa que ha realizado el trasplante, Francisco Corbacho. "Además del coste del trasplante, hemos tenido que alquilar varias máquinas y grúas", explicó.

La delicada operación comenzó a las ocho de la mañana con la poda de la inmensa copa. Los operarios tenían que garantizar que el trasplante iba a ser un éxito. Para ello no dudaron en emplear más de ocho horas en terminar los trabajos. Después de la poda, una máquina excavó los alrededores del árbol para dejar al descubierto el cepellón. La encina estuvo un tiempo suspendida en el aire por una grúa, mientras Corbacho dirigía a su equipo. "No os fiéis de meteros debajo de árbol, id con cuidado", advertía a sus operarios, que cuidaban de la encina como si de una persona enferma se tratase.

Tratamiento con hormonas

El árbol, incluso, recibió un tratamiento con hormonas de enraecimiento para tratar su masa raticular. "Después de sacar el árbol y de cicatrizar sus raíces, hacemos el trasplante y luego regamos para que se compacte toda la arena alrededor de las raíces", explicó Corbacho. Como última tarea, el tronco de la encina recibió por parte de los técnicos una inyección para aportarle nutrientes.

Gloria Torres, portavoz de Los Verdes, siguió muy de cerca la operación. "Lamentablemente, muchísimos árboles de la región desaparecen por las ampliaciones de las carreteras. Esta vez se ha evitado gracias a la sensibilidad del propietario de la finca", señaló Torres.

Ahora, después del aparatoso trasplante, sólo falta que la encina, totalmente desnuda de copa, eche de nuevo raíces en su nuevo emplazamiento, a unos 100 metros del anterior y a salvo de la ampliación de la N-I. La encina fue replantada con la misma orientación que tenía antes. Corbacho echó mano de la estadística para garantizar que la encina no se va a secar. "Tenemos un 95% de éxito en nuestros trabajos. Hemos trasplantado 12.000 árboles que luego han sobrevivido", aseguró. Si todo sale bien, a primeros de marzo empezarán a nacer los primeros brotes en el árbol milenario.

SANTI BURGOS

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