El PP europeo exige que los políticos del Este revelen su pasado
Berlusconi lanza una soflama para limitar el acceso de ex altos cargos comunistas a la UE
El Partido Popular Europeo concluyó ayer dos días de congreso con la aprobación de una resolución que pide a los eurócratas procedentes del Este que revelen "sus actividades profesionales y políticas en los antiguos Estados comunistas" y plantea que quienes colaboraron en la represión o estuvieran implicados en crímenes contra la humanidad renuncien a ocupar puestos en la UE. El documento, que no contó con el aval del PP español, fue aprobado en una jornada que vio a Silvio Berlusconi lanzar una soflama anticomunista propia de los años de la guerra fría.
El primer ministro italiano se presentó como víctima de manipulaciones comunistas, a las que veladamente atribuyó también la reciente condena del ex primer ministro conservador francés Alain Juppé por financiación ilegal de su partido. Los populares europeos mantienen que el siglo XX vio surgir "dos regímenes totalitarios igualmente inhumanos, el comunismo y el nazismo", y que mientras los crímenes nazis fueron investigados y sus responsables juzgados y condenados, "el sistema comunista se ha hundido sin que se haya producido semejante condena internacional".
En respuesta a ese vacío, el PPE aprobó por mayoría una resolución de condena del comunismo no exenta de conflictos internos. El texto pasa revista a las atrocidades perpetradas por los regímenes rojos y llega a proponer la celebración de un día de las víctimas, que también serían recordadas con un monumento. Ese texto no suscitaba mayores controversias. La crisis se produjo cuando, a instancias de un político húngaro observador en el Parlamento Europeo, se incluyeron en la resolución dos artículos que, en palabras de una fuente del PP español, "sugerían una caza de brujas". Eran la réplica al nombramiento por el Gobierno de Estonia como futuro miembro de la Comisión Europea de un experto en relaciones exteriores y finanzas que fue miembro del Partido Comunista de la Unión Soviética.
La propuesta inicial de resolución exigía en su artículo 11 que "ningún grupo político del nuevo Parlamento Europeo acepte como miembro a figuras destacadas de los antiguos regímenes comunistas". La idea de la purga suscitó un debate que se cerró eliminando ese artículo y manteniendo el artículo 10 de la resolución con el añadido de la frase "o estuvieron implicados en crímenes contra la humanidad".
El artículo aprobado ayer por mayoría, y que cierra la resolución, indica que el PPE "pide a todos los que pretendan asumir una función política en las instituciones de la UE que revelen sus actividades profesionales y políticas en los antiguos Estados comunistas y que se abstengan de ocupar puestos europeos si pertenecieron a las represivas fuerzas de seguridad comunistas o estuvieron implicados en crímenes contra la humanidad".
Los españoles, en contra
Los populares españoles, que no objetaban a los otros nueve artículos, votaron en contra porque "no tiene sentido una resolución que se podría malinterpretar como que desde la UE se va a lanzar una caza de brujas", según fuentes del PP. "Allí, como en la transición española, la gente se ha reciclado", añadieron.
Berlusconi, líder de Forza Italia, señaló que hay dos formas de ser comunista, "la evidente, de partidos que se declaran como tales", y la otra, "la más peligrosa, la de aquellos cuyo comunismo es menos patente". Según él, "conservan los métodos comunistas de eliminar al adversario político aplicando una justicia política y recurriendo a la mentira. Hace muchos años que yo vengo sufriendo ese método, como también está sucediendo en muchos otros países. Desde aquí mando mi solidaridad a Alain Juppé".
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