Un oasis dunar entre plásticos
El paraje natural sorprende por su legado etnográfico y paisajístico pese al acoso del cemento y los invernaderos de Almería
El Paraje Natural de Punta Entinas-Sabinar se localiza en el extremo occidental de la bahía de Almería, en los términos municipales de El Ejido y Roquetas de Mar, una esquinita de la costa donde nadie espera ver ya espacios libres tras tanto invernadero y el apabullante crecimiento urbanístico. Pero el paraje sigue ahí: 16 kilómetros de estrecha franja litoral que apenas cuenta con uno de ancho, entre las urbanizaciones de Almerimar y Roquetas. La superficie de casi 2.000 hectáreas da para mucho. Las rutas son múltiples y se pueden recorrer a pie, en bici o a caballo. El vehículo sólo puede circular en contados caminos del paraje, que no de la reserva.
El faro de Punta Sabinar puede servir de referencia y punto de partida para una primera excursión, ya que divide casi simétricamente el lugar en dos partes iguales: un extremo oriental que cuenta con la protección de reserva y la parte occidental, calificada de paraje. Tras dejar el vehículo se inicia una excursión que permitirá rememorar a los fenicios, que iniciaron la explotación de sal en la comarca, y contemplar en las salinas de Cerrillos y Viejas flamencos, ánades, garzas, torremolinos, avocetas, cigüeñuelas y archibebes. Son habituales también las gaviotas, cormoranes y golondrinas de mar. Observarlas en su hábitat natural con la sierra de Gádor y las grúas de Roquetas por testigo constituye una experiencia casi mística.
El camino hasta las salinas puede escogerse entre senderos de dunas, que reportará un grado de dificultad añadida a la expedición, o tomando el camino que une Punta Sabinar con la urbanización de Roquetas de Mar. Ésta es la fórmula escogida por Sigrid Wallenwein, una alemana de 62 años que fijó su residencia en Roquetas hace una década. No perdona un solo día de paseo con Luna y Osiris, sus perros husky siberiano, por las dunas. "Me encanta el sitio. Muchos días vengo hasta dos veces, por la mañana y cuando atardece. Es un lugar muy transitado por gente que practica algún deporte. Y durante todo el año hay trabajadores de la Junta acondicionando el paraje", describe.
Después de contemplar las aves en las salinas puede tomarse otro de los senderos en dirección a la playa. Entonces no se tarda en divisar los restos etnográficos del primer elevador de agua de la que fue la mayor superficie salinera de la provincia: el complejo de Cerrillos.
La maquinaria que se puede observar servía para introducir el agua del mar en el primer depósito, donde comenzaba el proceso de extracción de sal. La actividad de Las Salinas aumentó desde 1923 al unirse las antiguas explotaciones de Cerrillos y Salinas Viejas con las de San Rafael, ubicadas en Roquetas de Mar. Eso supuso una modernización de todo el complejo a manos de la Unión Salinera de España hasta que, en los años 80, fueron vendidas y cesó su actividad. Es aconsejable, antes de bajarse del coche, rociarse con un buen repelente para mosquitos. Aunque resulte paradójico, la amenaza de picaduras es mayor en invierno que en verano. Pasear con perro puede conllevar algún riesgo, dada la abundancia de canes abandonados que existen por el lugar. A pesar del ataque de cinco de ellos a Osiris, Sigrid no ha dejado de pasear por el paraje ni un solo día.
Lentiscos y sabinas
- Cómo llegar. Desde Almería se puede tomar la autovía del Mediterráneo (nacional 340/E 15), salida 429 a Roquetas de Mar. Se sigue la carretera de Alicún y la de Las Marinas-San Agustín hasta el faro de Punta Sabinal. El coche puede dejarse en el antiguo cuartel de la Guardia Civil. Desde ahí se parte hacia Roquetas de Mar.
- Qué ver. De vital importancia son el lentisco (Pistacea lentiscos) y la sabina (Juniperus phoenicea). La primera es una planta de hoja ancha y frutos de color rojo vivo, mientras que la sabina, emparentada con los cipreses, presenta diminutas hojas escamosas imbricadas que el permiten hacer frente a al sequía y al viento. La vegetación arbustiva llega a colonizar las dunas desde la playa hasta donde los suelos presentan mayor salinidad y desaparecen los bancos de arena. Lentiscos y sabinas componen un paisaje de gran belleza que ya es único en la provincia. La colisión de la arena con la vegetación origina trenes de dunas con el paso del tiempo.
- Alternativas. Existe la opción de tomar una ruta en sentido contrario, de Almerimar hacia Los Alcores, bien por la playa, bien entre los invernaderos y el paraje. Las charcas que se encuentran frente a Los Alcores están separadas de la costa por un cinturón de dunas de más de 500 metros de anchura y hasta 7 de altura, muy bien conservadas.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.