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Clos insta a Medio Ambiente a aclarar cuáles son los problemas del zoo marino

El ministerio matiza que "no se ha rechazado" el proyecto, pero no explica sus razones

Blanca Cia

Nuevo capítulo de desencuentros por el proyectado zoo marino de Barcelona. El Ayuntamiento quiere que el Ministerio de Medio Ambiente aclare si realmente existe un informe o dictamen que rechace la concesión del permiso para la plataforma marina o si hay disparidad de criterios sobre las especies que pueda acoger. Portavoces del ministerio matizaron ayer las afirmaciones que hizo la ministra Elvira Rodríguez el pasado lunes en un encuentro con periodistas: "No se ha rechazado de plano el zoo marino", aclaró una portavoz. El consistorio cree que el PP quiere dar largas al proyecto de Barcelona.

Las declaraciones de Rodríguez causaron gran sorpresa en el Ayuntamiento. El alcalde de Barcelona, Joan Clos, emplazó ayer al Ministerio de Medio Ambiente a aclarar definitivamente su posición sobre el proyecto. "No nos han dicho que rechacen la plataforma marina y estamos dispuestos a realizar los cambios que sean necesarios, pero no renunciamos al proyecto del zoo. Si creen que las aves no pueden estar en el zoo, hablaremos de ello", afirmó. El consistorio recordó que la plataforma del zoo tiene también la finalidad de proteger las playas de Barcelona, un cometido que el anterior ministro, Jaume Matas, consideraba positivo.

Jordi Portabella, segundo teniente de alcalde y presidente del Zoo, fue taxativo: "Es una represalia a Barcelona por oponerse al trasvase del Ebro", dijo. La versión que dieron ayer portavoces del Ministerio de Medio Ambiente apenas tenía nada que ver con lo que declaró la ministra el lunes en un encuentro con periodistas especializados en medio ambiente. En esa reunión, Rodríguez afirmó que el motivo principal para no dar la concesión a la creación de la plataforma que se quiere ganar al mar -de siete hectáreas- era que un zoo marino debía ser exclusivamente de especies acuáticas y que las aves no lo eran. Ayer, sin embargo, portavoces del ministerio matizaban que no se trataba de un no definitivo: "Lo que el ministerio pretende es mayor concreción del proyecto".

La realidad es que el citado proyecto es muy concreto y bien conocido por el ministerio porque lleva más de tres años de tramitación. El Ayuntamiento espera desde julio de 2003 la aprobación para poder construir la plataforma. La tierra destinada a ella, unos 200.000 metros cúbicos, forma una montaña frente al centro de convenciones del Fòrum 2004, a la espera de ser utilizada. Y si el permiso no llega, el Ayuntamiento tendrá que retirarla.

Las mencionadas no fueron las únicas declaraciones de la ministra que levantaron polémica. El consejero de Medio Ambiente y Vivienda de la Generalitat, Salvador Milà, acusó ayer a la ministra de utilizar datos "sin fundamento ni rigor técnico" sobre la calidad del agua en Cataluña para justificar el trasvase del Ebro. Rodríguez afirmó el lunes que el 75% de la población del área metropolitana de Barcelona no usa agua del grifo ni para cocinar ni para beber debido a su mala calidad, por lo que el trasvase ahorraría 600 euros anuales a las familias de esta zona.

Milà, en cambio, aseguró que "el consumo de agua embotellada en Cataluña es similar al del resto de Europa y está vinculado a hábitos de consumo y a la mercadotecnia de las empresas embotelladoras". Según el consejero, "el trasvase, en caso de que se llevara a cabo, de ningún modo modificaría la calidad del agua de las cuencas centrales". La empresa Aguas de Barcelona aclaró, además, que el porcentaje ofrecido por la ministra tampoco es correcto: el 84% de la población cocina con agua del grifo y el 50% la bebe regularmente.Portabella rechazó ayer que exista ninguna razón técnica para oponerse ahora al zoo marino. "Lo que ocurre es que el Partido Popular está retrasando la autorización de la plataforma para consolidar los equipamientos de animales que ya existen o se están construyendo en Valencia, ya que llevan más de cuatro años paralizando el proyecto de Barcelona".

En opinión del segundo teniente de alcalde, el Ayuntamiento no puede estar pendiente de los "caprichos acientíficos de la ministra de Medio Ambiente de turno". Por ello llegó a plantear que ante esa situación el proyecto de zoo marino se debería reducir y consolidar en la superficie de que se dispone, que es de unas seis hectáreas. Añadió que ello supondría reformar el espacio del zoo en el parque de la Ciutadella adaptándolo para permitir la proyectada ampliación del Parlament. En la práctica eso supondría renunciar al plan de separar las especies y llevar las terrestres a una reserva natural fuera de Barcelona y todas las marinas al zoo del frente del litoral.

Portavoces del consistorio negaron la posibilidad defendida por Portabella: "Barcelona tiene que lograr sacar adelante su proyecto, y si hace falta negociar más, se hará". Ante la aparente disparidad de criterios entre los socios, Xavier Trias, presidente del grupo municipal de Convergència i Unió en el consistorio, reclamó a Clos y Portabella que se pongan de acuerdo "en defender una única postura ante el Gobierno".

Trias pidió también que la propuesta de zoo marino sea "técnicamente viable, desde el punto de vista de la Ley de Costas y de la sostenibilidad", ya que hay partidos que se "llenan la boca hablando de ecología". Asimismo consideró que Portabella "tiene mucha imaginación" por atribuir la negativa de Medio Ambiente a una represalia por el rechazo del Ayuntamiento de Barcelona al trasvase del Ebro.

En la polémica abierta por las declaraciones de la ministra también terció Alberto Fernández Díaz, presidente del Partido Popular en el Ayuntamiento de Barcelona, quien no quiso dar por descartado el proyecto. Si hay diferencias o desacuerdos, se tiene que llegar a una solución, vino a decir.

Más de tres años de idas y venidas

El proyecto del zoo marino ha sido discutido y ha pasado por las mesas de varios titulares del Ministerio de Medio Ambiente: Isabel Tocino -en su última época-, Jaume Matas y Elvira Rodríguez. La cronología de las negociaciones y las fases del proyecto ha sido la siguiente.

- 1992. La Dirección de Costas autorizó la concesión de permiso para zoo marino de las seis hectáreas ya ganadas al mar por la reforma del litoral ligada al Port Olímpic.

- Marzo de 1993. El Ayuntamiento solicitó formalmente la ampliación de la concesión a siete hectáreas. El total del zoo marino tendría 13 hectáreas.

- Enero de 2002. El Departamento de Medio Ambiente de la Generalitat emitió el dictamen favorable de la declaración de impacto ambiental. Poco después, el ministerio condicionó la concesión del permiso para crear la plataforma a tres puntos: revisar la declaración de impacto ambiental emitida por la Generalitat, aprobar un plan especial de concreto y elaborar un proyecto específico de edificaciones y usos.

- Mayo de 2002. El Ayuntamiento de Barcelona entrega al ministerio el plan especial y el proyecto de los edificios. La propuesta inicial es discutida porque el ministerio no está de acuerdo. Se rebaja la altura de uno de los edificios -el Palacio de la Evolución- de 40 a 20 metros. También se eliminan algunos de los bares restaurantes previstos y se sustituyen por instalaciones efímeras.

- Julio de 2002. El ministerio informa de que está de acuerdo con el plan especial pero pide otra declaración de impacto ambiental.

- Julio de 2003. El ministerio convalida la declaración de impacto ambiental.

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Sobre la firma

Blanca Cia
Redactora de la edición de EL PAÍS de Cataluña, en la que ha desarrollado la mayor parte de su carrera profesional en diferentes secciones, entre ellas información judicial, local, cultural y política. Licenciada en Periodismo por la Universidad Autónoma de Barcelona.

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