El comité laboral de Delphi teme el despido de 263 trabajadores de Cádiz en dos años

El comité de empresa de Delphi Automotive Systems, filial de General Motors, en Puerto Real (Cádiz) asegura que la empresa tiene previsto reducir la plantilla en 263 trabajadores entre este año y el que viene. No son los únicos despidos anunciados. La empresa de cervezas Heineken, propietaria de Cruzcampo, ha pactado la eliminación de 168 puestos de su plantilla en Sevilla cuando la fábrica se traslade a su nueva sede, en Torreblanca.

En los últimos meses, Delphi ha perdido dos importantes proyectos en su sede portorrealeña. Uno de ellos ha sido el final de la fabricación de los amortiguadores de los vehículos Astra y Corsa. Esto afecta fundamentalmente al personal de la planta 40, que actualmente tiene 781 trabajadores, casi la mitad de toda la plantilla.

La dirección local de Delphi ha transmitido al comité de empresa que, de aquí a dos años, se perderá el 29% del volumen de producción en la planta 40, así como el 36% de la plantilla, que pasaría a tener 518 trabajadores, 263 menos de los que contaba a finales del año pasado.

El comité de empresa ha denunciado que no hay inversiones previstas, no hay nuevos proyectos que sustituyan a los que se han perdido y la dirección local "dice no tener constancia de que nuevos productos puedan ser fabricados en plantas de Puerto Real", según afirmó ayer Juan Castillo, presidente del comité.

Los trabajadores pedirán a la dirección que defina el plan industrial que tiene diseñado para la empresa y abrirán un calendario de movilizaciones que estará sujeto "a la evolución de la situación".

Ajuste acordado

Por su parte, el comité de empresa de Heineken en Sevilla ratificará, previsiblemente hoy, un preacuerdo alcanzado el 30 de enero entre la compañía holandesa y los sindicatos UGT y ELA STV y al que aún no se ha sumado CC OO. El reajuste pactado supone incentivar las prejubilaciones y las bajas voluntarias para pasar de los 393 trabajadores actuales a los 225 con los que cuenta la compañía para su nuevo proyecto.

El secretario provincial de UGT, Eduardo Bohórquez, desgranó ayer la negociación con Heineken, compañía que condicionó su inversión de 300 millones en Sevilla para construir una nueva fábrica a que se alcanzara un acuerdo con los sindicatos. "Nos dijeron muy claro que o estábamos todos de acuerdo o no se hacía. Porque no van a invertir 300 millones para que luego les diera problemas", explicó Bohórquez.

El documento prevé que el reajuste de plantilla se hará de forma "no traumática", a través de prejubilaciones y bajas incentivadas, a partir de 2008, cuando se haya culminado el traslado a la nueva sede. Además, 25 obreros y un administrativo con contrato fijo discontinuo pasarán a ser fijos a tiempo completo automáticamente y el resto de personal discontinuo, según el texto del acuerdo, irá pasando a fijo en una proporción de uno "por cada cuatro personas fijas que causen baja por cualquier causa". Respecto al personal administrativo, un discontinuo pasará a fijo cada año.

La empresa se ha comprometido a que en 2011 tendrán contrato fijo todos los discontinuos actuales. Para agilizar el proceso, según explicó el dirigente sindical, la Junta financiará el coste de la salida de los prejubilados hasta con tres años de antelación a la edad prevista (54 años).

Bohórquez justificó el reajuste de plantilla en las "nuevas tecnologías" con las que contará la fábrica, que se empezará a construir en 2006 y va a ser "la más moderna y productiva de Europa". "Pero donde antes había dos puestos de trabajo ahora habrá uno", reconoció el dirigente sindical, quien cree que, no obstante, el acuerdo es positivo para los trabajadores y advierte de que la construcción del nuevo centro "va a traer mucho empleo".