Los ingenieros procesados por la rotura del depósito de agua de Melilla aceptan penas de 11 meses de prisión

Los ocho ingenieros acusados por la rotura del depósito de agua de Melilla en 1997, que causó 11 muertos, aceptaron ayer penas de 11 meses de cárcel y 14 de inhabilitación después de que en la primera sesión del juicio el fiscal, las acusaciones particulares y las defensas llegasen a un acuerdo sobre las penas y el pago de las indemnizaciones, que ascienden a 10,8 millones de euros. En función del acuerdo, el juez del Juzgado de lo Penal número 2, Francisco José Ramírez Hervés, dictó sentencia.

El importe de las indemnizaciones fue consignado ayer mismo en el juzgado y, según el juez, los afectados por la tragedia, unos 600, empezarán a cobrar a partir del próximo día 9, informa Toñi Ramos.

Los ocho ingenieros que intervinieron en la construcción y diseño del depósito siniestrado estaban acusados de 11 delitos de homicidio imprudente grave, un delito de aborto por imprudencia (una de las víctimas estaba embarazada) y 28 delitos de lesiones por imprudencia, informa Efe. El fiscal y las acusaciones pedían penas de tres años de cárcel y cinco de inhabilitación especial.

Los ingenieros J. M. M. M., J. I. S. M., L. A. C. F. y P. E. O., de nacionalidad noruega, se conformaron con una pena de 11 meses de prisión y 14 meses de inhabilitación para el ejercicio de la función de proyectista. J. M. V. L., A. L. R. Q., R. C. R. F. y M. H. P. A. aceptaron una pena de 11 meses de prisión y 14 de inhabilitación para la función de dirección de obra. El juez acordó para todos ellos la suspensión de las penas privativas de libertad impuestas, ya que cumplen los requisitos necesarios para no ingresar en prisión al carecer de antecedentes penales.

La rotura del depósito de agua del barrio de Cabrerizas de Melilla, el 11 de noviembre de 1997, originó una riada de 25.000 metros cúbicos de agua que inundó en pocos minutos los barrios del Polígono y Tiro Nacional y arrastró todo lo que encontró a su paso. El Ejército, la policía, los bomberos y voluntarios tuvieron que trabajar intensamente en las tareas de limpieza y desescombro de la zona afectada. La riada causó la muerte a 11 personas, numerosos heridos y cuantiosos daños materiales.