Pellegrino sufre una lipotimia
El central argentino Mauricio Pellegrino dio un susto tremendo durante el partido de ayer. A pocos minutos para el descanso, el defensa del Valencia se desplomó sobre el terreno de juego, solo, cuando Cañizares se disponía a sacar de puerta. Pellegrino cayó al césped sin recibir ningún golpe, mientras corría a un ligerísimo ritmo. Intentó levantarse a continuación, pero apenas pudo, volvió a caerse, y gateó unos pasos por el terreno de juego, desorientado.
Salva Ballesta y Ayala, que estaban a su lado, pidieron inmediatamente ayuda, alarmados, y los médicos del Valencia y del Málaga saltaron al campo para auxiliar al futbolista, consciente pero con la mirada perdida. Sus compañeros y rivales hicieron un círculo a su alrededor sin agobiarle para que pudiera tomar aire.
El desfallecimiento de Pellegrino provocó cierto alarmismo entre los jugadores y el público. En la memoria estaba la muerte, hace una semana, del futbolista húngaro del Benfica, Feher, durante el transcurso de un partido y debido al parecer a un problema de corazón.
Según los servicios médicos del Valencia, Pellegrino sufrió una lipotimia, un mareo sin excesiva importancia. Es, sin embargo, una circunstancia poco común en los campos de fútbol. Menos en el caso de Pellegrino, de 32 años, un futbolista que se preocupa muy cuidadosamente de su estado de salud.
Pellegrino fue retirado sentado en una camilla, algo aturdido, mientras el médico del Valencia, Jorge Candel, hablaba con él tras bañarle la cabeza con abundante agua. El público le despidió con una ovación cuando fue sustituido por Marchena. El jugador argentino permaneció durante el descanso en el vestuario del Valencia, atendido por Candel y por miembros de la Cruz Roja.
En todo momento mantuvo la consciencia. Al comienzo de la segunda parte fue trasladado al hospital Los Ángeles para ser sometido a unas problemas neurológicas por simple precaución. No se acababa de recuperar del mareo y el Valencia optó por acudir a la clínica. "Ya está algo mejor, y parece que la situación está controlada. Ahora estamos más tranquilos", dijo tras el partido el entrenador del Valencia, Rafa Benítez.
Tras el encuentro, varios aficionados invadieron el campo, lo que provocó la intervención de las fuerzas de seguridad. Los incidentes sobre el césped provocaron otros altercados en la grada entre los seguidores del Málaga.
El Valencia, mientras, igualó con el 1-6 la mayor goleada de su historia fuera de casa. Ya consiguió el mismo resultado en Lleida en el curso 1950-51.
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