_
_
_
_
_
Crítica:
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Dibujos del pasado

Reconstruir la época anterior a la fecha de su nacimiento es la obsesión del artista holandés Marcel van Eeden (La Haya, 1965), que se inspira en fotografías de viejas revistas y libros para realizar diariamente desde hace diez años un dibujo a lápiz en el que reproduce escenas cotidianas del periodo comprendido entre 1920 y 1965. Siempre trabaja con los mismos materiales (rotulador, lápiz negro y papel color crema), los mismos formatos y los mismos marcos para sus obras. Desde 1993 ha realizado más de 2.400 dibujos de los que ahora se expone una amplia selección en el Centro Galego de Arte Contemporáneo de Santiago.

La obra de Van Eeden está teñida de pesimismo al relacionarse íntimamente con la muerte, pero también tiene un cierto tono mágico al recuperar a través de sus dibujos una época pasada, que, probablemente, no fue mejor que la actual pero que el artista trata de conocer a través de la reproducción de paisajes, gentes y edificios. No hay un ejercicio de nostalgia del pasado desconocido en su obra y por ello el mundo que refleja tiene luces y sombras, como el actual.

MARCEL VAN EEDEN

Centro Galego de Arte Contemporáneo (CGAC)

Valle Inclán, s/n

Santiago de Compostela

Hasta el 29 de febrero

La mayoría de los dibujos están realizados en blanco y negro, pero cuentan con infinidad de matices. Van Eeden demuestra su dominio de la técnica al alternar obras de gran nitidez con otras en las que las figuras adquieren un tono impresionista. Unas veces busca una reproducción más exacta de las imágenes que toma como punto de partida y en otras, en cambio, se concentra en un detalle para realzarlo y apartarse así de la imagen original.

Entre la abrumadora mayoría de dibujos realistas, Van Eeden intercala de vez en cuando una obra abstracta o dibuja un texto con una frase lapidaria. Parecen un intento del artista de llamar la atención del espectador y recordar que la aparente distancia que existe en las obras que está viendo puede acortarse en cualquier instante. Por un momento el dibujante parece irrumpir en un mundo que no es el suyo, pero que, al mismo tiempo contiene muchas claves para desvelar el enigma que anida en lo más profundo de cada uno de nosotros.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_