Inquietud en el Gobierno tripartito ante la comparecencia de Carod

El Gobierno tripartito pasará hoy otra prueba de fuego. Josep Lluís Carod Rovira, ex conseller en cap, comparecerá ante la Diputación Permanente del Parlamento catalán para explicar su entrevista con la cúpula de ETA. Los partidos que dan apoyo al Gobierno catalán -PSC, Esquerra e Iniciativa- han coordinado sus estrategias, pero existe inquietud ante la actitud y el discurso que adopte Carod en la comparecencia.

Carod estuvo el día de ayer preparando su intervención ante la Cámara catalana. El líder de Esquerra Republicana (ERC) se entrevistó anoche con el presidente de la Generalitat, Pasqual Maragall, para unificar criterios sobre la comparecencia. Finalmente, Maragall no acudirá a la Cámara catalana, según explicaron fuentes de Presidencia.

Los portavoces parlamentarios que dan apoyo al tripartito coordinaron ayer sus estrategias y para hoy han fijado una reunión preparatoria. Pero no se han desvanecido algunos temores. Tanto el Partit dels Socialistes como Iniciativa están expectantes ante el tono que adopte hoy el ex conseller en cap.

La crisis abierta tras las conversaciones con ETA ha movido a los socialistas catalanes a ver a los ecosocialistas de ICV como los aliados más sólidos en el Gobierno. Ambas formaciones han lamentado las palabras de Carod en el discurso del pasado martes en el que, además de anunciar que encabezaría la lista republicana por Barcelona a las elecciones generales, calificó a ERC como la única formación política que no se arrodilla ante Madrid.

Otro elemento de discrepancia entre los socios de la izquierda catalana es la petición de disculpas que, según dijo en declaración institucional el presidente Maragall, debe hacer el ex conseller en cap y que Carod replica que no se pactó. Y como elemento no menor las fuerzas del tripartito no comparten una visión sobre cómo se debe acabar con el terrorismo. Los socialistas se muestran solidarios con el pacto antiterrorista suscrito con el PSOE, mientras que Esquerra defiende abiertamente el diálogo con ETA.

El portavoz del Gobierno, el socialista Joaquim Nadal, dio ayer por cerrada la crisis. Pero muchos interrogantes siguen abiertos. El eventual retorno de Carod al Ejecutivo catalán tras las generales es uno de ellos. Y ahí aflora la división entre los socios. Mientras el PSC e ICV son partidarios de que no se hable de este asunto hasta después de las elecciones generales, Esquerra ha agitado la bandera del retorno en diversas ocasiones desde la crisis. Ayer mismo, Joan Puigcercós, el hombre fuerte de Esquerra, dijo que será este partido exclusivamente el que decida cuándo recupera la conselleria en cap, que queda vacante, y quién la ocupa. "Lo decidirá Esquerra, y punto", zanjó.

Juntos al Senado

A pesar de las desavenencias de los últimos días, las tres formaciones de izquierdas cerraron el miércoles un acuerdo para acudir juntos al Senado. El pacto permitirá reeditar la Entesa Catalana de Progrés, que en la pasada legislatura contó con grupo propio en la Cámara alta. Si la coalición se impusiera en las cuatro circunscripciones catalanas, el PSC obtendría ocho escaños, Esquerra, tres, e ICV-EUiA, uno.

Más claro está el papel que hoy adoptará Josep Piqué, del PP, formación que entrará en tromba a descalificar la acción de Carod y la del Ejecutivo tripartito. Pero Piqué también mostrará su estupor e indignación porque desde el tripartito se culpe ahora al Gobierno central de una crisis que tiene su origen en la entrevista de Carod con ETA.

Convergència i Unió tiene un papel más complejo. Se halla entre dos fuegos: el de ERC y el del PP y teme ser víctima de la polarización electoral. Ayer precisamente, CiU celebró una urgente reunión de su ejecutiva para fijar la posición e intentar hallar un espacio específico y distante del PP, pero que al mismo tiempo subraye la "irresponsabilidad" de ERC, un partido al que presenta como inmaduro para gobernar.

El secretario general de CiU, Josep Antoni Duran Lleida, acusó a Carod de actuar de forma "desleal" e "irresponsable". Puso además de relieve la "desconfianza y el desbarajuste" existente, a su juicio, en el Gobierno tripartito, además de la "falta de liderazgo de Maragall, que no ha estado a la altura" de las circunstancias.

Pactos PP-ERC

La polémica sobre el caso encrespó las relaciones del PP y el PSOE en Andalucía, donde el 14-M también se celebran elecciones autonómicas. La presidenta del PP en esta comunidad y candidata a la presidencia de la Junta, Teófila Martínez, denunció ayer la "chulería" del presidente andaluz, Manuel Chaves, al calificar de "comida informal de matrimonios" el encuentro que la semana pasada mantuvieron en Sevilla su consejero de la Presidencia, Gaspar Zarrías, y Carod.

Martínez dijo que si su partido mantuviera un pacto de gobierno con una formación como ERC, que "negocia y dialoga con ETA", no estaría "ni un minuto" en él. El secretario de Organización de los socialistas andaluces, Luis Pizarro, indicó que estas afirmaciones esconden "amnesia partidista" y "doble moral". Pizarro recordó que en cinco localidades catalanas -Aitana (Lleida), Alella (Barcelona) y Els Pallaresos, La Galera y Villalonga (Tarragona)- el PP gobierna con ERC.