Carlos Álvarez canta música española y ópera italiana junto a dos jóvenes promesas

El barítono Carlos Álvarez (Málaga, 1966) no olvida que cuando él empezaba hace catorce años, cuando era un perfecto desconocido, confiaron en él y le dieron una oportunidad. "A los cantantes hay que echarles una mano porque no es fácil pasar de la teoría a la práctica y convertirse en profesional. A mí me la echaron y yo también me veo en la obligación de hacerlo".

Hace ya más de un año Álvarez, nombre clave de la lírica, apostó entre otros por dos jóvenes promesas: el pianista de barakaldo Rubén Fernández y la soprano sevillana Rocío Ignacio. Hoy subirá junto a ellos al escenario del auditorio Kursaal de San Sebastián (20.00) para ofrecer un recital con obras de Joaquín Rodrigo, García Lorca, Miquel Ortega y composiciones de Donizetti y de Verdi.

"El repertorio de un recital tiene que ser atractivo para el público", afirmó el artista, "y aprovechando que se da la conjunción de una soprano y un barítono hay que buscar piezas conocidas". ¿Hay que dar a la audiencia lo que quiere? "En los recitales mayormente sí, introduciendo también situaciones novedosas, como aquí las obras de Ortega que serán estreno", respondió.

Álvarez, que interpretará próximamente por primera vez el Macbeth de Verdi, debutó en 1990 en el Teatro de la Zarzuela con La del Manojo de Rosas y desde entonces no ha parado: ha actuado en las mejores salas de Europa, Estados Unidos y ha recibido múltiples reconocimientos a su carrera; desde el Nacional de Música en 2003 hasta el Grammy al mejor intérprete latino de música clásica. Su trayectoria le confiere autoridad para sentenciar: "La ópera, que necesita apoyo como el cine, vive un un momento dulce. En España hay muchos sitios donde se está produciendo y se está creando una especie de circuito de exhibición".