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La ley del velo divide al Gobierno francés

El Ejecutivo conservador aprueba el proyecto pese al escepticismo de varios ministros

El Consejo de Ministros aprobó ayer la ley "en defensa de la laicidad" que deberá presentar el propio primer ministro, Jean Pierre Raffarin, ante la Asamblea Nacional el próximo día 3 de febrero. Concebida para resolver los problemas recurrentes que, desde hace ya más de 15 años, provocan en distintos institutos las alumnas que cubren su cabello, orejas y cuello con el llamado "velo o pañuelo islámico", la ley, de sólo tres artículos, prohíbe "llevar de manera ostensible signos religiosos" en los centros escolares de la República, por definición, laicos.

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La ley ha sido impuesta por el presidente Jacques Chirac contra el escepticismo del primer ministro; del titular de Exteriores, Dominique de Villepin, que subraya que "la ley puede presentarse en contradicción con la política árabe de Francia"; del omnipresente ministro del Interior, Nicolas Sarkozy, que sólo acepta la norma por razones de disciplina de partido; o del parecer de Michèle Alliot-Marie, ministra de Defensa.

Dentro de la mayoría parlamentaria conservadora, la diputada Christine Boutin ya ha anunciado que votará contra la ley y "en defensa de todas las creencias", y el antiguo primer ministro Edouard Balladur presentará una enmienda a cuya aprobación condiciona su voto. De los 30 diputados de la centrista y liberal UDF, entre 27 y 28 se abstendrán o votarán en contra, mientras los 140 diputados socialistas presentarán enmiendas en el sentido de introducir la noción de "diálogo" en cada conflicto y proponiendo cambiar el adjetivo "ostensible" por "visible". Si sus propuestas son rechazadas, como es de prever, votarán contra el texto gubernamental.

Si bien el Ejecutivo parece contar con suficiente mayoría para aprobar la ley, las discrepancias en su seno traducen el temor a que la ley sea tan inaplicable como el anterior reglamento y, sobre todo, a que sirva para acentuar los antagonismos en la sociedad francesa. Si para el 84% de los electores de extrema derecha no cabe ninguna duda sobre el carácter de "signo ostensible" del velo, entre la población procedente de países de confesión musulmana que vive en Francia, entre cuatro y seis millones de personas, un 53% rechaza la ley y la ve como una medida discriminatoria. El conjunto de la población francesa aprueba la ley, aunque un 43% cree que el Gobierno "legisla sobre la laicidad para evitar que el debate público se centre en el paro y otros problemas económicos y sociales".

Lo cierto es que, a pesar de que los ministros equiparan el velo a la kippa de los judíos o al crucifijo de los cristianos, es un secreto a voces que judíos y cristianos están o estaban hasta hoy bien integrados en el modelo universalista de la República francesa. La ley ha sido concebida para domeñar el integrismo islámico y la tentación comunitarista que lo acompaña.

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Mujeres paquistaníes protestan ayer ante la Embajada de Francia en Islamabad contra la ley del velo.
Mujeres paquistaníes protestan ayer ante la Embajada de Francia en Islamabad contra la ley del velo.EFE

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