_
_
_
_
FONDO DE OJO
Columna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las columnas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

La multa

El Ayuntamiento de Valencia se apresta a dar un golpe definitivo a las prostitutas y a los gorrillas y para ello ha previsto un plan que sin duda los eliminará de la faz de la ciudad.

Ha pensado que la mejor solución contra la plaga ciudadana que significan pasa por imponerles una multa cada vez que se les vea ejerciendo su denostada y peripatética actividad, por lo que en fechas próximas aprobará una disposición que así lo prevenga.

Parece imposible que falle tan ingenioso plan, ya que es bien conocido que si algo pueden temer esos trabajadores callejeros es la sanción pecuniaria, que socava sus bien asentados patrimonios a la vez que les marca socialmente en caso de impago. Será digno de observar el espectáculo que supone la imposición de la multa por parte de la autoridad, siempre en la cerrada noche, en las proximidades del puerto o los márgenes fluviales, o bien en las aglomeraciones que se producen aledaños los centros de ocio, ya que son los momentos y lugares en que ejercen su actividad ambos especímenes urbanos. Aunque tampoco será despreciable observar el trabajo de los letrados municipales y el posterior de otros funcionarios para emprender las ejecuciones que a buen seguro se producirán por los impagos voluntarios de las multas. No tengo a mi disposición datos fiables que avalen esta opinión, pero mucho me temo que no es grande el porcentaje de los llamados gorrillas que incorpora al efectuar su declaración del IRPF o del Patrimonio los ingresos obtenidos por tan lucrativa actividad. Lo mismo sospecho de las prostitutas callejeras, cuanto más que, al ser éstas en su mayoría extranjeras y sin permiso de residencia habitual en nuestro país, deben realizar una declaración de mayor complejidad, como sujetos pacientes del impuesto en su modalidad de obligación "real" en vez de personal. Así, el embargo necesario para el cobro de las ejecutadas multas parece que se demorará y complicará, e incluso pudiera suceder que los costes superasen de lejos a los ingresos y la efectividad del plan quedase en entredicho.

Sin duda es difícil para cualquier ciudad luchar contra algunas molestas actividades, y atender a los bienpensantes ciudadanos que pretenden soluciones fulminantes a problemas que sólo se combaten atacando las raíces del problema, cuales son la pobreza y la marginación, lo que es caro y lento. Pero de ahí a buscar una solución teórica, que lava la cara de nuestros gobernantes justificando su inacción de fondo, y considerarnos tontos de remate al creer que lo propuesto está en razón, media un abismo que no debieran intentar que nos engullese.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_