La bella y la bestia
Se equivoca Paco Cascos al decir que respetemos su intimidad: no la tiene. No la tiene el que esté ante el público: y si tiene amores con la bella dama de la galería de arte, y la presenta al anunciar su retirada, su intimidad se hace pública. Más, si los que hacen cuentas señalan que compró cuadros a su novia con dinero de su ministerio. No hay intimidad: cada vez somos más los habitantes de la casa de cristal con que sueño: una sociedad sin secretos -ni de Estado: abajo los fondos reservados-. Desapareció la idea de pecado: queda la del qué dirán. A veces sin derecho ninguno. Aparece por la red la foto en top less de Ana Aznar: ¿y qué? Así están las playas: no sólo por las que pueden -y en este caso es un desnudo muy bello- sino por las que quieren. ¿No salió su padre en bermudas con piernas peludas y feas?
Sale un óleo donde está la señorita Letizia desnuda y también es admirable. Dice que ella no ha posado: que el pintor tomó su rostro y añadió el cuerpo de otra. ¿Y qué si fuera ella? Otras princesas hemos visto más abiertas a la fotografía: Diana de Gales, Estefanía de Mónaco. La malicia no está en el cristal con que se mira: ni en los ojos: en el cerebro sucio.
Que Cascos tenga novia es digno de felicitación, y yo deseo que sea más feliz que con las anteriores, o más continuado. Que las anteriores le despidieran a él, o él a ellas, es una escena nacional porque es de un personaje nacional. No tiene vida privada. Se sabe dónde cazaba cuando ocurrían catástrofes dependientes de su ministerio: el petróleo pegajoso matando los peces gallegos; y algo así debía estar haciendo cuando no podía funcionar el AVE, bajo el cual la tierra se abría y los semáforos no lucían: se va sin haber conseguido que alcance toda su velocidad. Y después del año en que más víctimas ha habido en las carreteras, y algo de culpa tendrán ellas; y su ministerio es el de las carreteras. Me alegro de que se vaya y sea feliz en el año en que se va Aznar, en el que se irá Blair y probablemente Bush. Sin grandes esperanzas, porque otros van apuntando. Mi esperanza de que gane Zapatero no es por él, cuyo programa me fastidia, sino porque no es Aznar ni Rajoy. Y Rajoy se apunta algo: echa a Cascos por mal ministro.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.