BBC se critica a sí misma en su especial sobre el 'caso Kelly'

Las críticas del programa Panorama de la BBC a su propio comportamiento durante el caso Kelly han puesto en apuros a la cúpula de la corporación y sacado de quicio al periodista Andrew Gilligan, duramente criticado por sus compañeros del más prestigioso informativo no diario de la cadena pública británica. Sin embargo, el conjunto del programa, emitido el miércoles en horas de máxima audiencia, a las 20.30, supuso también un demoledor ataque al Gobierno de Tony Blair al hacer énfasis en las permanentes presiones a los servicios secretos y el aparato administrativo para dar una visión alarmista de la situación en Irak que en última instancia no hacía más que dar por buena la posición defendida siempre por la BBC desde que estalló el caso Kelly: que a pesar de los errores de Gilligan, es cierta la acusación de que el Gobierno exageró la amenaza de Irak. Pero la emisión de Panorama parece apasionar más al aparato político y mediático de Westminster que al conjunto de la ciudadanía. Según los datos divulgados ayer, el programa sólo fue visto por una media de 2,3 millones de espectadores (el 13% de la audiencia de esa noche) con un pico de 2,6 millones. Los británicos parecen un poco cansados ya de esta polémica, que verá sus penúltimos actos en los próximos días. El miércoles 28, el juez lord Hutton presentará su informe y el primer ministro británico realizará una declaración en los Comunes que se augura larga. Una semana después, el 4 de febrero, habrá un debate en el Parlamento.

La prensa británica coincidió ayer en destacar la dureza del reportaje de Panorama con Gilligan y la cúpula de la BBC y en particular su director general, Greg Dyke, el presidente del Consejo de Gobernadores, Gavyn Davies, y el jefe de informativos, Richard Sambrook. Andrew Gilligan calificó el programa de "jodido y ultrajante" en declaraciones a The Times. En ese mismo diario, el diputado laborista Gerald Kaufman sostiene en un artículo titulado Por supuesto que Panorama fue suave con la BBC que el programa "fueron 90 minutos de una pomposa y selectiva regurgitación de evidencias de Hutton completamente sesgadas contra el Gobierno".