La confección infantil esquiva la crisis que atraviesa el sector textil y mantiene un aumento de ventas

La bajada de la natalidad ya no se menciona como el principal problema de la moda infantil. Y aunque a las empresas que trabajan en este segmento les afecta la fortaleza del euro, la debilidad de las principales economías y también se enfrentan a la liberalización comercial en 2005 o en algún caso a la subcontratación productiva en países con menores costes laborales, sus datos muestran que la situación que vive difiere de la del textil.

En 2002 la facturación del sector de la moda infantil española creció algo más de un 9%, según los datos que anualmente elabora la Asociación Española de Fabricantes de Productos para la Infancia (Asepri) a partir de las cifras de sus asociados. Las ventas en el mercado nacional mejoraron un 7% las de 2001 y la exportación creció un 13%. Y en 2003, a falta de conocer cifras definitivas, se prevé una evolución similar o superior. Las empresas de confección infantil y de bebé suponen alrededor del 80% de las empresas asociadas a Asepri. La asociación aglutina aproximadamente a la mitad del sector, y entre ese 50% están, defiende, las firmas más importantes y representativas del mismo.

El director de Asepri argumenta que el gasto en los niños se recorta poco

El director de esta asociación, Gabriel Folqués, considera que la mejor situación de este tipo de confección -que no evita que alguna firma atraviese una situación delicada- responde, entre otras cuestiones, a una razón "afectiva". El gasto en los niños, comenta, "se recorta poco". También al reconocimiento logrado en los mercados europeos por este tipo de producto desde que su elaboración era artesana. Un atractivo que no se ha perdido con la producción industrial para un sector, asegura Gabriel Folqués, "muy consciente" de la necesidad de ofrecer servicios. El precio, similar o inferior al de los fabricantes franceses o italianos, "nuestros competidores más próximos", también ayuda. Al igual que el hecho de que la producción asiática aún no ha entrado con diseño en este tipo de productos, explica el director de Asepri.

Según los datos que maneja Asepri, entre un 25% y un 30% de la producción del sector se dirige a la exportación, un porcentaje "creciente" ya que las empresas se están "centrando mucho más" en los mercados exteriores. Folqués, en este sentido, menciona algunos de los pasos con los que el sector trata de apuntalar su crecimiento exportador. La estandarización del tallaje en función de la altura y no de la edad del niño es uno de ellos, una herramienta que se puso a disposición de las firmas asociadas a Asepri (189, que representan alrededor de la mitad del sector y de las cuales el 23% son valencianas) hace unos años y que se empieza a generalizar en la producción de estas firmas. Otras fórmulas están en proyecto, entre ellas un programa de datos para informar a las empresas de cómo se venden sus productos en los comercios y que permitiría reorientar la producción.

Folqués, sin embargo, dice que hay mucho por hacer. "Hay que profundizar en marca, diseño diferenciado, servicio y control de costes", defiende. Y aunque cree que el sector está "razonablemente bien" y que tiene "muchas posibilidades" menciona como gran reto estar "muy atento" a un mercado cambiante y difícil.

Asepri participa a partir de hoy en la edición de invierno de la Fimi (Feria Internacional de la Moda Infantil-Juvenil), que alberga Feria Valencia hasta el domingo y en la que exponen 267 empresas.