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Gallardón blindará los carriles-bus con un 'bordillo' de hormigón aerodinámico

Los nuevos "separadores" serán instalados en 98 kilómetros de calle

El concejal de Seguridad, Pedro Calvo (PP), presentó ayer el último invento municipal para proteger a los carriles-bus de la invasión de los vehículos privados: unos separadores de hormigón aligerado que serán instalados el próximo mayo en el carril-bus del paseo de las Delicias para después extenderse por otras calles de la capital. Éste es el quinto intento municipal en los últimos cuatro años para proteger el carril utilizado por taxis y autobuses. Los responsables municipales lo intentaron antes con conos, pivotes de goma, ojos de gato y carriles a contramano sin que ningún invento tuviera éxito.

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Los responsables municipales lo han intentado todo en los últimos años para terminar con el embotellamiento y potenciar el transporte público. Pero los datos hablan por sí solos: en 2002, los autobuses de la EMT alcanzaron su récord de velocidad más bajo desde 1985: 14,01 kilómetros por hora, igual que un corredor de marcha. Ahora, después de varios sonados fracasos del PP para proteger los carriles-bus -como los conos, los ojos de gato o los carriles a contramano-, el equipo de Gobierno municipal ha decidido evitar la invasión de vehículos privados en los carriles-bus con un nuevo invento: unos separadores hechos de hormigón aligerado.

Estos separadores -"que no bordillos", según el concejal de Seguridad, Pedro Calvo- miden 35 centímetros de alto por 30 de ancho para evitar que los vehículos los rebasen o los peatones los utilicen como acera para cruzar por lugares indebidos. El separador tiene forma de ola y perfil de aleta de tiburón. El coste de cada separador asciende a unos 20 euros, sin contar los gastos de instalación y de mantenimiento. Calvo aseguró que el separador aguantará los golpes de los vehículos y que, al estar cada bordillo separado del otro por 12 centímetros, no será necesario acometer nuevos desagües ya que, por ejemplo, el agua de la lluvia no quedará retenida dentro del carril. "Otra ventaja que tiene es que no hay que hacer obra ya que se sujetan al suelo con unos tornillos", explicó el edil de Seguridad.

Cada separador estará señalizado por una banda reflectante en la parte superior y otra luminiscente en la inferior.

En el paseo de las Delicias

El carril-bus del paseo de las Delicias será el primero en estrenar, el próximo mes de mayo, los separadores. Las previsiones municipales pasan porque esta protección sea instalada en todas las calles de la capital que tienen carril-bus (98 kilómetros). Pero, de momento, en una primera fase está prevista la instalación en 22 kilómetros de carriles reservados al transporte público. Estas calles son el paseo de las Delicias, calle de Alcalá (desde la Puerta del Sol hasta Ventas), Ronda de Valencia, Ronda de Atocha, Cuesta de San Vicente, calle de Velázquez (desde el inicio hasta la calle de María de Molina), calle de Serrano (desde Jorge Juan hasta López de Hoyos), paseo de Infanta Isabel, paseo de Reina Cristina, calle de Bravo Murillo y calle de Conde de Peñalver.

Estas calles han sido elegidas para ser las primeras en tener separadores "atendiendo al número de líneas de autobús y a la frecuencia en el paso de autobuses", según explicó Calvo.

"Colocaremos los separadores gradualmente en las calles en la medida que seamos capaces de protegerlo", señaló el edil de Seguridad. El proyecto de Calvo incluye que la llamada policía de tráfico -un cuerpo de funcionarios no armados que sustituirá en el futuro a la Policía Municipal en labores de regulación del tráfico- se encargue de vigilar los carriles-bus.

Carga y descarga

Según el edil, el separador "será el elemento de disciplina viaria más importante de la legislatura, que impedirá además el aparcamiento en doble fila y la carga y descarga en el carril-bus". Ante las previsibles protestas que la medida levantará entre los comerciantes, el edil señaló que "hay zonas reservadas para la carga y descarga". "El carril-bus no está para que los vehículos descarguen", advirtió.

El nuevo proyecto de Calvo es similar al que se conoció a finales de los años ochenta como bordillo de Medel. En 1988, cuando los socialistas gobernaban en el Ayuntamiento de Madrid, colocaron en algunas calles -entre ellas la de Serrano- lo que se conoció como el bordillo de Medel (por Valentín Medel, concejal de Circulación en la época).

Las protestas de los conductores, de los comerciantes y de la oposición del PP hicieron que Medel retirara el bordillo, calificado por muchos como "muy peligroso". Dos meses después de su polémica decisión y de no solucionar el problema del tráfico, Medel presentó su dimisión. Eugenio Morales sustituyó a Medel en el cargo y extendió el bordillo en muchas calles. "Echan ahora mano de lo que nosotros dejamos en el cajón", critica ahora Morales. "Es una vergüenza que esta derecha loca e incoherente retome con 16 años de retraso lo que nosotros hicimos entonces y que desde la oposición he llevado al menos ocho veces al pleno", añadió Morales.

En 1989, el PP y el CDS arrebataron el Ayuntamiento al PSOE y eliminaron los bordillos por "motivos de seguridad".

En mayo del año 2000 llegó Sigfrido Herráez (actual concejal de Vivienda) al Área de Movilidad Urbana y con él sus innumerables inventos para fomentar el transporte público. Herráez primero colocó conos para proteger los carriles-bus del tráfico privado. Después sustituyó los conos por pivotes de goma, por ojos de gato (balizas luminosas que hay, por ejemplo, en la Gran Vía) y por carriles a contramano (en sentido contrario de la circulación). Tampoco funcionó.

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