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Descubierto un factor de riesgo clave para padecer cataratas

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Un equipo de investigadores de EE UU ha descubierto un factor de riesgo clave para el desarrollo de cataratas. Por primera vez han demostrado que existe una asociación entre la pérdida de gelatina en el cuerpo vítreo del ojo (situada entre la parte posterior del cristalino y la retina) y la formación de cataratas nucleares, el tipo más común relacionado con la edad. Los investigadores publicaron sus hallazgos en el número de enero de la revista Investigative Ophthalmology and Visual Science.

Una catarata es una opacidad creciente del cristalino. Las cataratas son la forma más común de ceguera del mundo y representan casi el 50% de las cegueras totales. "La mayoría piensa que las cataratas son un problema que aparece si vivimos lo suficiente, pero está claro que hay personas que viven hasta una edad bastante avanzada y nunca las padecen", afirma el principal investigador David C. Beebe, catedrático de Oftalmología en la Universidad Washington de St. Louis (EE UU). "La idea de que son inevitables quizá haya sesgado nuestra perspectiva sobre la prevención de las cataratas, pero tal vez sea posible prevenirlas si seguimos estudiando sus causas".

La hipótesis de que la descomposición de la gelatina vítrea podría estar relacionada con el riesgo de padecer cataratas la sugirió por primera vez en 1962 un oftalmólogo de Nueva Jersey, al darse cuenta de que muchos de sus pacientes con cataratas nucleares también padecían degeneración del humor vítreo. Pero no se profundizó en ello. Han pasado más de 40 años antes de que el actual trabajo de Beebe y su equipo demostrara que existe una relación estadística entre la degeneración del humor vítreo y el riesgo de padecer cataratas.

El oxígeno, tóxico

El equipo de Beebe demostró previamente que los genes expresados en el cristalino tienden a ser los que se encuentran en células expuestas a muy bajos niveles de oxígeno. Varios experimentos los convencieron de que el cristalino es normalmente un entorno privado de oxígeno. Estudios realizados en Suecia muestran también que los pacientes tratados durante largos periodos con altos niveles de oxígeno tienden a desarrollar cataratas nucleares. "Esos hallazgos nos ayudaron a desarrollar la hipótesis de que el oxígeno podría de alguna manera resultar tóxico para el cristalino", afirma Beebe.

"Disponíamos además de otra observación clave: la elevada incidencia de cataratas en pacientes sometidos a cirugía de retina. Es normal que los cirujanos de retina retiren el cuerpo vítreo para poder acceder mejor a la retina. A los dos años de la intervención, los pacientes desarrollan cataratas en una proporción de casi el 100%". Si es posible identificar qué personas corren el riesgo de desarrollar cataratas, Beebe afirma que el siguiente paso sería encontrar formas de impedir la migración del oxígeno desde la retina al cristalino.

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