"Me hubiera gustado ser mujer de Picasso"
Pregunta. ¿Es usted un cerebrito del arte?
Respuesta. Bueno, soy una persona muy sensible a ese tema.
P. ¿Por qué la han hecho directora del Museo Picasso de Málaga?
R. Creo que por mi trayectoria y mi gran conocimiento de la obra de Picasso. He hecho muchas cosas sobre él en España. Para mí era una obsesión.
P. ¿Cuántos jamones ha tenido que mandarle a Manuel Chaves para que la nombrara?
R. Ninguno, ninguno. Creo que ha sido mi tenacidad. Yo quería que Picasso estuviera bien representado en su tierra. Y Christine [su nuera] dejó patente siempre que Picasso quería tener un museo en su ciudad.
P. Se ha dicho que las obras son un poco de segunda fila.
R. Pues no. No se puede comparar con el Museo Picasso de París, que es una herencia en pago de impuestos.
P. O sea, que de retalillos, nada.
R. Lo que me gusta es que es un museo de la familia, el primero, que nace de la generosidad de Christine y Bernard [nieto].
P. "La Junta, los Picasso y yo. Seremos una gran familia". ¿Usted qué es: la tía, la prima, la cuñada?
R. Sí, porque decir la madre es muy fuerte. Seríamos tres madres: Christine, Bernard y yo. Bueno, y Carmen Calvo, la consejera andaluza.
P. ¿Le costó que la familia desenfundara los cuadros?
R. No. Christine estaba muy convencida. Lo que más ha costado es sacar adelante el proyecto, que se comprara el palacio.
P. ¿Ellos veranearán gratis en Málaga por su generosidad?
R. No creo que lo pretendan.
P. Usted ha sido educada en el Louvre. ¿Cuántas veces ha ensayado la sonrisa de La Gioconda?
R. [Ríe] No sabría contestarle. Es una sonrisa tan enigmática... Correspondería también a una ironía y sensibilidad interior que se corresponden con mi carácter. Aunque a veces mi ironía queda solapada, porque soy muy testaruda.
P. Es conservadora de arte del siglo XX en el Guggenheim de Nueva York. ¿Quién le ha enseñado lo que sabe?
R. En cuanto al espacio, leo mucho a los artistas, como Richard Serra. Y he tenido la suerte de tener personas que hayan confiado en mí, como Javier Solana.
P. ¿En España sabemos de museística?
R. Se ha aprendido mucho, pero faltan profesionales y subsiste el machismo. Y los museos no tienen sus propios curators, que aquí se llaman -no me gusta- comisarios.
P. ¿Hace algo en la vida que no tenga que ver con cuadros y exposiciones?
R. Me gusta la lectura, el cine, el teatro y la música. Pero lo que a mí me fascina es el mundo del arte. Y me gusta estar al tanto. Voy a todo.
P. Pues creo que en el flamenco es una estrella.
R. He probado, y soy una gran admiradora, como de los toros. Pero ya no lo practico.
P. ¿Ante quién se azara?
R. Me intimidan las personas a las que respeto y me impresionan y que no conozco. Soy tímida.
P. ¿Los políticos españoles tienen sensibilidad para el arte?
R. Yo tengo un magnífico recuerdo de Javier Solana. ¿Pilar del Castillo? Pues me acaba de dar la medalla de Bellas Artes [risotada] y le estoy sumamente agradecida.
P. "Los sueños en arte contemporáneo los he realizado". ¿Y fuera del arte?
R. Siempre te quedan algunos, porque si no sería tristísimo. Tengo mi hija y dos nietos maravillosos. He abierto un museo que me gusta. Acabo de hacer Calder. Voy a hacer Brancusi. Ha sido un año fantástico.
P. ¿Le hubiera gustado ser una de las mujeres de Picasso?
R. Ah, pues quizás. Me hubiera gustado Picasso. Yo creo que sí.
P. ¿Qué le falta por hacer?
R. Espero muchísimas cosas de la vida: continuar contando mi visión del arte e ir buscando nuevas ideas.
P. ¿Cree que a los españoles nos falta un puntito de arte para movernos por la vida?
R. Yo creo que los españoles tienen una gran alegría dentro y mucho arte para vivir. Hay esa gran calidad de vida que falta en muchos lugares. Y un gran sentido del humor.
PERFIL
Con 61 años y una hija, lleva casi 40 en el mundo del arte, y está considerada una autoridad en materia de museos y exposiciones. Le gustan la buena comida y el buen vino, estar con los amigos y reírse: "Sé disfrutar de todo esto". A veces desconecta y se va a encerrarse y a hacer yoga a Biarritz: "Me encanta el Atlántico".
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