Muertes en carretera, ¿faltaban datos?
Las nuevas medidas represivas de las autoridades francesas contra los infractores de tráfico, que han conseguido disminuir apreciablemente el número de accidentes y víctimas mortales en 2003, y su comparación con la actual situación española, información publicada por EL PAÍS el pasado 13 de enero -página 20 de España-, ha causado desconcierto en algunos lectores que han escrito o llamado a esta Defensora para mostrar su desacuerdo y alegar que la misma era poco rigurosa o incompleta.
La crónica del corresponsal en París, Joaquín Prieto, se completaba con una información realizada en Madrid, donde se aportaban los últimos datos de víctimas habidas en España y las medidas, claramente endurecedoras de sanciones, que acaban de entrar en vigor con la reformada Ley de Tráfico. La información, titulada Francia logra bajar un 20% las muertes en carretera mientras vuelven a crecer en España, se acompañaba de un gráfico que reflejaba la siniestralidad en las carreteras de ambos países y sus respectivos parques de vehículos, además de una columna con declaraciones del director general de Tráfico, Carlos Muñoz Repiso.
Un lector madrileño, Manuel Reyes, que se declara especialista en temas de motor, señala lo que para él es una incongruencia y un claro fallo en lo publicado: "Si los datos que dan ustedes de Francia y España son correctos, proporcionalmente el número de muertos en España -43 millones de habitantes y 26 millones de vehículos- es mucho menor que en Francia -más de 60 millones de ciudadanos y 30 millones de vehículos-, pese al triunfalismo de ese país y las declaraciones del primer ministro francés de que se están acercando al civismo automovilístico de los países del norte de Europa y distanciándose de otros como España. Nuestro balance ha sido de 4.032 muertos el año pasado, sin aplicar ningún tipo de sanciones especiales. ¿Por qué no han hecho ustedes esta sencilla comparación? Hurtar este análisis me parece importante porque los españoles somos muy propensos a dejarnos llevar por la demagogia y enseguida pedimos más medidas represivas. Es cierto que tenemos muertos, pero, según lo que han publicado, menos que en Francia. Y creo que con cumplir las leyes que estaban vigentes, y que no se cumplían, sería suficiente. Se lo dice alguien que hace 80.000 kilómetros en carretera todos los años".
A otro lector de Córdoba, Gerardo Padrós, también le ha chocado que un país con un 42% más de población que España tenga un parque automovilístico sólo un 15% superior. "¿Será que no existe una cultura del coche tan fuerte como en España?", pregunta. Y añade que atribuir la bajada de ventas de coches en Francia a la implantación de un sistema de política represiva en tráfico es un análisis poco riguroso. "No se compara con el crecimiento en ventas de automóviles en otros países europeos donde se apliquen medidas rigurosas en el control del tráfico. De un solo caso, Francia, se aplica el principio de inducción. Y puede haber otros factores que influyan en el estancamiento o descenso de ventas: Francia se ha caracterizado por mantener un buen servicio de trenes (en España han desaparecido muchísimas líneas de tren), y también el transporte público en las ciudades es bastante bueno". Padrós afirma: "Como científico y profesor de una escuela de ingeniería, me parece injustificado y falto de datos el razonamiento: política represiva a los transgresores de normas de circulación igual a descenso en la venta de coches".
José Manuel Romero, redactor jefe de España, aclara alguno de los aspectos cuestionados: "En el texto se especificaba que los fallecidos en España se referían a accidentes en carretera y en Francia se incluían también los de zonas urbanas. El total de España de 2003 no se conocerá hasta dentro de unas semanas. El espacio no daba para muchas matizaciones, pero en este diario se ha indicado con cierta frecuencia que el parque móvil español está sobrevalorado en un 15% aproximadamente. Quizá deberíamos haberlo especificado. En todo caso, en el artículo se hablaba más de tendencias que de mortalidad. Los últimos datos del Instituto de Tráfico Rodado y Base de Datos de Accidentes de la OCDE (2001), que son homogéneos y fiables, reflejan que Francia y España tienen exactamente el mismo índice de muertos por 100.000 habitantes: 13,8. La diferencia es que en Francia su presidente declaró el asunto como prioridad de Estado y aquí, de momento, no".
Por su parte, el corresponsal en París, Joaquín Prieto, puntualiza lo siguiente: "En el artículo no se afirmaba que la política represiva haya sido la causa del descenso de la venta de coches. Simplemente se apuntaba su 'contribución' a ello. Hay que dar tiempo a estudios reposados para determinar cuánto ha influido cada factor, pero lo cierto es que Francia fue el país europeo con mayor bajón de matriculaciones de automóviles nuevos en 2003, según la Asociación de Constructores Europeos. En otoño de 2002, el propio Chirac criticó 'a los que hacen de la velocidad un argumento de venta' y, a continuación, uno de los principales fabricantes canceló la campaña publicitaria en la que un mosquito se estrellaba contra el parabrisas. La planificación de infraestructuras francesas hasta el año 2025, en fin, privilegia las líneas férreas y marítimas, pero apenas incluye carreteras nuevas. En cuanto a la cifra publicada del parque de automóviles de Francia (30 millones) se refería a vehículos particulares, a los que hay que añadir más de cinco millones de uso profesional si se trata de compararlo con la totalidad del parque en España. Aun así, las comparaciones podrían ser discutibles, por ejemplo en el sentido de si deben tenerse en cuenta los tráficos de tránsito, bastante significativos en el caso de un territorio cuya posición geográfica le sitúa como 'bisagra' de Europa. En definitiva: el hecho es que Francia tenía un grave problema de accidentes (8.000 muertos en las carreteras a la altura de 1999) y sus autoridades han apostado por la represión para reducir la sangría".
Esta Defensora considera que, aunque es cierto que la información reflejaba tendencias, con las cifras publicadas la comparación entre ambos países era inevitable y hubiera sido bueno, como señala el redactor jefe de España, señalar que nuestro parque automovilístico no está puesto al día y sí claramente sobrevalorado, por lo que la cifra de 25.900.000 vehículos es poco fiable. Además, en este cómputo total están incluidos, a diferencia de Francia, los vehículos de uso profesional, motos, tractores, etcétera. Y si a la cifra de coches franceses -29.160.000- sumamos sus vehículos profesionales (5.687.000), tractores (216.000), autocares y autobuses (81.000), motos (1.054.000) y ciclomotores (1.387.000), el total del parque móvil francés es de 37.585.000 vehículos, y no de 30 millones como se publicó.
También hubiera sido bueno hacer más hincapié en que el número de muertos por tráfico en España era incompleto, puesto que faltaban los de las zonas urbanas (912 muertos en 2002). Y tampoco hubiera sobrado publicar la estadística de la OCDE de muertos por 100.000 habitantes, cifra realmente significativa.
Datos y puntualizaciones que sin duda hubieran mejorado y aclarado la comparación de la actual situación entre ambos países.
Los lectores pueden escribir a la Defensora del Lector por carta o correo electrónico (defensora@elpais.es), o telefonearle al número 91 337 78 36.
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