_
_
_
_

Chile se muestra reacio a ceder en su actitud para facilitar una salida de Bolivia al mar

Santiago rechaza perder territorio y La Paz se niega a reabrir relaciones diplomáticas

Como en el ajedrez, las posiciones de los Gobiernos de Chile y Bolivia quedaron desplegadas tras la apertura, pero están en un empate virtual, casi inamovible. Ni en Santiago están dispuestos a ceder un territorio soberano de salida al mar a Bolivia ni en La Paz aceptan la oferta de reapertura de relaciones diplomáticas que hizo esta semana el presidente chileno, Ricardo Lagos, a su colega boliviano, Carlos Mesa, en la Cumbre de las Américas en Monterrey.

Más información
Una herida abierta durante 120 años

En ambos países han resurgido, aunque minoritarias, posiciones nacionalistas y en sus flancos internos los dos Gobiernos han ganado puntos, pero se esfuma la oportunidad de hacer negocio con el abundante gas altiplánico, sacándolo al océano Pacífico a través de un puerto chileno.

El sueño de bañarse en una playa boliviana, que dice tener casi a diario el presidente venezolano, Hugo Chávez, uno de los jefes de Estado latinoamericanos que junto con Fidel Castro se ha solidarizado con Bolivia, podría tardar en cumplirse, a tenor de la esgrima retórica mantenida en la Cumbre. En su discurso final, Mesa -quien ascendió a jefe de Estado desde la vicepresidencia, tras las protestas populares que forzaron en 2003 la dimisión del presidente Gonzalo Sánchez de Losada- llamó al diálogo a Lagos para dar una "solución definitiva" a la salida al mar.

El presidente chileno replicó que Bolivia dispone de libre tránsito y de facilidades portuarias. Agregó que ofreció el paso del gas boliviano con una concesión de tierra gratuita y está vigente la propuesta de un acuerdo de complemento económico de los dos países, con arancel cero inmediato para los productos altiplánicos que ingresan a Chile, mientras los chilenos deberían esperar cinco años o más por la desgravación. "Y si de diálogo se trata, ofrezco relaciones diplomáticas aquí y ahora", remachó.

Sentado a cinco asientos de Lagos en la asamblea de clausura de la Cumbre, Mesa contestó que al perder su salida al mar en el pasado, su país sufrió "una pérdida económica incalculable" y que la reanudación de las relaciones diplomáticas llegará cuando esté resuelto el problema marítimo. "Se conversa a través de relaciones diplomáticas", reafirmó Lagos en otra intervención.

Chávez, que ha convertido en suya la cuestión de la salida al mar de Bolivia, desde que Chile no ofreció un respaldo claro tras el golpe en su contra, arremetió nuevamente. Acusó a Lagos de no decir la verdad. "Chile dice que es un problema bilateral y que se lo dejen a ellos, pero luego no quiere atender al presidente de Bolivia". Pero en Santiago el Gobierno se ha negado a polemizar con Chávez, aunque el embajador en Venezuela, que fue llamado hace meses, permanecerá en Chile. Tajante, en su estilo, Lagos contestó: "El presidente de Chile dice la verdad, éste es un país serio, responsable".

El duelo verbal en Monterrey arrancó aplausos casi unánimes en ambos países, aunque las relaciones bilaterales han retrocedido los avances logrados en años. La percepción en Bolivia es que Mesa consiguió que el problema fuera tratado en un foro multilateral y en Chile que Lagos dio una buena respuesta al rechazar la petición de acceso soberano al mar pero mantener abierta cualquier otra fórmula.

Las tensiones vienen desde el siglo XIX. Después de que las colonias españolas suramericanas conquistaran su independencia, la mayoría de los nuevos países mantuvo los límites definidos por la Corona, pero después se han alterado. En dos ocasiones durante ese siglo, Chile derrotó en conflictos a Bolivia y Perú. En la guerra del Pacífico de 1879-1883, Bolivia perdió su territorio con salida al mar y Perú sus provincias del sur, mientras el territorio chileno se expandió en lo que hoy son sus regiones de Tarapacá y Antofagasta, donde están la mayor parte de las riquezas mineras del país. Pero Bolivia ha perdido más territorio con otros países vecinos que con Chile. En 1881, negociando con Argentina mientras estaba en guerra en el norte, Chile resolvió entregar la Patagonia.

En 1904, Chile estableció sus actuales límites con Bolivia en un tratado de paz y amistad, aprobado por ambos congresos, que este año cumple un siglo e incluye libre tránsito comercial para el altiplano. La idea de ofrecer un corredor marítimo a Bolivia, al norte de Arica (para no cortar el territorio de Chile), en un canje territorial, negociada durante la dictadura de Pinochet, no prosperó entonces. Aunque en Santiago hay sectores proclives a ceder o canjear soberanía, tienen poco terreno para debatir con las pasiones nacionalistas desatadas.

La percepción generalizada es que en Bolivia no hay un interlocutor con garantía por la inestabilidad política del país y que Chile ha ofrecido todo, salvo el mar.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_