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Un hombre, en estado de coma tras ser tiroteado cuando hacía cola en una discoteca

Jimmy Orlando Cox Álvarez, de 27 años y nacionalidad ecuatoriana, resultó herido de extrema gravedad en la madrugada de ayer al recibir un disparo cuando hacía cola en una discoteca de L'Hospitalet de Llobregat (Barcelonès). El tiro le alcanzó en la nuca y como consecuencia del impacto sufrió pérdida de masa encefálica. Al cierre de esta edición se encontraba en estado de coma y los médicos temían muy seriamente por su vida.

Los hechos sucedieron sobre las 1.45 horas de ayer frente a la sala Juanchito, en la confluencia de las calles de Enric Prat de la Riba y Pius X, cuando, sin discusión previa, se produjo el disparo. Fuentes de la investigación informaron ayer de que el agresor iba acompañado de otro hombre, ambos de nacionalidad colombiana, que inmediatamente huyeron. Al parecer, el móvil de la agresión podría ser un ajuste de cuentas, ya que el autor del disparo y la víctima habían mantenido una discusión hacía 15 días, explicaron las mismas fuentes. El juzgado de L'Hospitalet que tramita el caso ha decretado el secreto de sumario.

El local donde ocurrieron los hechos es de ambiente latino y continuó abierto tras el tiroteo. Los protagonistas de los hechos eran clientes habituales, por lo que los Mossos d'Esquadra, que es la policía ordinaria en L'Hospitalet, confían en una pronta identificación y detención de los agresores. La víctima no tenía domicilio conocido en esta ciudad y fue trasladado de urgencias al hospital de Bellvitge. Nada más producirse los hechos, varias dotaciones de los Mossos d'Esquadra y de la Policía Local de L'Hospitalet montaron controles en los alrededores del local para intentar dar con los autores de la agresión.

Quejas vecinales

Los vecinos del barrio de Sant Josep de L'Hospitalet, donde se encuentra la discoteca Juanchito, denunciaron las continuas peleas que ocurren en la zona entre grupos rivales de ciudadanos de origen suramericano y que, en su opinión, originan un clima de inseguridad y "conflictos permanentes". El local lleva abierto unos dos años y, según Juan Cosano, un vecino de la zona, todos los fines de semana se producen peleas, especialmente en un parque de las inmediaciones, entre grupos de jóvenes. Otra vecina, Manuela Jiménez, explicó a la agencia Efe: "La zona se ha convertido en un sitio donde no se puede estar tranquilo, es muy conflictivo, y los chicos que vienen son de cuidado".

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