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Reportaje:RUTAS URBANAS

Vitalidad y sabor a mar en Vigo

La ciudad más poblada de Galicia despliega su encanto portuario

El sol siempre llega tarde para dar el pistoletazo de salida en Vigo. Pero hay días en los que merece la pena madrugar allí donde empezó a gestarse la que hoy es la ciudad más poblada de Galicia, con más de 300.000 habitantes. El barrio de O Berbés sigue oliendo a historias de pescadores. A las cinco de la madrugada, la lonja celebra subasta de pescado fresco con un ambiente que se podría confundir con el de los grandes parqués de la Bolsa. Al margen de la zona portuaria, en Vigo se sube y se baja por una orografía de monte y calles con un tráfico poco complaciente con los peatones. Como si quisiera homenajear la producción creciente de la factoría de Citroën, junto al estadio de Balaídos, núcleo primordial para la economía local. Así que el transporte público resulta una recomendable opción para moverse.

Paseos

O Castro es el lugar ideal para escapar de la vorágine urbana. Conforma una de las dos colinas -junto a la de Nosa Señora da Guía- hacia las que fue creciendo la ciudad y es atalaya incomparable para presenciar Vigo en su conjunto. Desde la cima se puede contemplar el efecto de líneas quebradas que reivindican el primer y frustrado plan de urbanismo del arquitecto Antonio Palacios, de 1934. Y se observa también el orgullo de la ciudad: su ría. Lo que le da el mayor carácter. De izquierda a derecha: las islas Cíes -a 14,5 kilómetros por mar-; una panorámica integral de la ciudad de Vigo, vigilando las bateas de mejillones, y, en el extremo opuesto, el puente de Rande, una ambiciosa obra de ingeniería que, volando sobre la ría, permitió acortar las distancias con los municipios de O Morrazo y el norte de Galicia.

De camino a la zona vieja de la ciudad, llena de vida por las mañanas, se encuentra el edificio del Ayuntamiento, epígono moderno de las torres acastilladas que vigilaron la ría, coloso y pretencioso. A su lado sobrevive una fábrica de harinas abandonada cuyos silos mantienen su dignidad arquitectónica sin dejarse intimidar por el gigante. En el casco viejo hay que visitar A Pedra, un curioso enclave que creció encima del pedrusco de A Laxe y que guarda el encanto marinero de la ciudad. Alrededor de la una del mediodía se instala en una de sus calles el mercado de las ostras (media docena cuestan 6,50 euros).

Comer

Para empezar el día con fuerzas, la calle del Marqués de Valladares alberga cafeterías como el Jackie's (en el número 14; 986 433 500), o, justo al lado, el Brisamar (986 43 91 91), en las que por menos de tres euros sirven un generoso desayuno de buen café con leche, zumo y tostadas de pan de chapata con mermelada. Para comer, la oferta es múltiple y variada: desde las tabernas frecuentadas por los trabajadores del puerto, con menú a siete euros, hasta los más típicos de A Pedra, como el Don Quijote (Laxe, 4; 986 22 93 46; menú, 8,95) o El Mosquito (Praza da Pedra, 4; 986 43 35 70). El pescado se hospeda en todas las cartas, como corresponde a uno de los primeros puertos pesqueros de Europa.

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Y para la cena se ofrece desde Papo's (Venezuela, 14; 986 47 03 47), una bocatería cuyo producto más conocido honra a la mujer del dueño -el superlourdes-, hasta El Gallinero (Concepción Arenal, 1; 986 22 82 83), con platos elaborados a base de huevo desde 4,50 euros y una carta divertidísima; O Grelo (Areal, 18; 986 22 29 97), más sobrio y con productos del país, o la Cre-Cotté Crêperie (San Bernardo, 10; 986 43 82 26). Antes de las copas, para el café, en el Van Gogh (República Argentina, 19) se desconecta de la actividad frenética. Para disfrutar de un ambiente agradable también destacan la Posada de las Almas (plaza de Compostela) o Soportales y Gretel (ambos, en la plaza de la Constitución).

La noche

Ya adentrada la noche, el ambiente vigués se dispersa: la zona de Churruca reúne locales clásicos, como La Iguana (Churruca, 14), mítica sala de conciertos, o el Black Ball (Churruca, 8); pero también existen otros lugares, como La Boutique del Psiconauta, La

Fille o el Vauxhall, en López de Neira; el Metropol, en el número 42 de la Rúa do Areal, y Consulado, B.52 y Varadero, todos ellos en la Rúa Montero Ríos, a 50 metros del paseo del Náutico. Para ambiente alternativo se puede pasar por el Maispalá, en María Berdiales, o por el Alma, en Pobladores. Los miércoles y los jueves organiza conciertos de música; habitualmente es un reducto jazzístico.

Tiendas

Comprar en Vigo, fuera de los grandes centros comerciales, está ineludiblemente asociado al triángulo de las calles Príncipe, Urzaiz y Gran Vía. En la primera de ellas, peatonal, se encuentran tiendas singulares, como Zapatos, con un gran surtido de botas de todos los estilos y marcas. Cerca está Braco (López de Neira, 38; 986 11 36 67), para decoración, diseño original y arte. Fuera de esa zona, el Black Ball (Carral, 8) está repleto de la ropa que viste la nueva escena urbana de Vigo. De allí al Casco Vello, un paso, lo justo para observar la muestra permanente de cestería, la artesanía local más genuina.

Arte

Vigo esconde algunas joyas en su paisaje urbano. Una de ellas es el Sireno, de Francisco Leiro, una curiosa estatua que representa al ser mitológico como figura masculina, y que, desde la Puerta del Sol, amenaza con arrojarse al mar. La estatua está custodiada por diversas obras de la arquitectura civil, en granito del país, levantadas durante el cruce de los siglos XIX y XX, construcciones modernistas en su mayoría, que se suceden a lo largo de Policarpo Sanz, García Barbón, Colón o Príncipe.

Entre ellas destaca el actual Centro Cultural de Caixanova (Policarpo Sanz, 13; 986 44 73 69), de Antonio Palacios. Este centro adquiere interés igualmente por el valor de las obras de su sala de exposiciones (hasta el 22 de febrero, L'atelier de Montparnasse, con muestras de Matisse, Picasso o Modigliani). En la misma zona también está el Centro Cultural de Caixa Galicia (Policarpo Sanz, 21; 986 81 50 77), y un poco más adelante, Marco, el Museo de Arte Contemporáneo de Vigo (Príncipe, 54; 986 11 39 00).

Cuando la actividad se paraliza en la zona portuaria o en la factoría de Citroën, que desde 1956 se ha instalado en Vigo para modificar su fisonomía y atraer a miles de trabajadores de toda Galicia, la ciudad duerme. Tan sólo unas horas de tregua en el Gran Vigo.

Un puesto del mercado de las ostras de A Pedra
Un puesto del mercado de las ostras de A PedraCARMEN VALIÑO

GUÍA PRÁCTICA

Información

- Oficina municipal de turismo de Vigo (986 81 01 99 y 986 22 47 57).

- Ayuntamiento de Vigo (986 81

01 00).

- Oficina de información turística de Galicia en Vigo (986 43 05 77).

- www.turismodevigo.org.

- www.vigo.com.

- www.turgalicia.com.

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