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Crítica:
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Recuperaciones republicanas

Quizá no sea una contradicción, sino la expresión de nuestra mala conciencia colectiva, el hecho de que cuanto más lejos se encuentran estos dos términos -España y la República- más y más se publique entre nosotros sobre este tema. Ahora que lo de la República ha pasado a formar parte de nuestro pensamiento más políticamente incorrecto ¿a qué estamos jugando? ¿Acaso la frecuencia con que se piden reformas constitucionales obedece a un imposible deseo de cambiar las formas de un juego inconmovible? ¿Qué mala conciencia se va abriendo paso entre nosotros para deformar intereses particulares acogiéndose a ese estado difuso de malestar que nos invade cuando pensamos en lo que entre todos hemos hecho del noble concepto republicano? España y la idea de República parecen ser conceptos excluyentes después de todo, y lo que nos queda al final es el recuerdo del torrente de sangre, sufrimiento y dolor que su imposible unión nos ha costado a lo largo de la historia.

UNA LEALTAD ENTRE RUINAS (EPISTOLARIO AZAÑA-ESPLÁ, 1939-1940)

Edición de Pedro Luis Angosto y Julia Puig

PUV (Universidad de Valencia). Valencia, 2003

200 páginas. 16 euros

El doctor en Historia Pedro Luis Angosto Vélez es autor ya de varios libros sobre el tema, surgidos al calor de sus investigaciones en torno a una figura poco conocida pero bastante destacada del republicanismo español, el periodista y político Carlos Esplá Rizo (Alicante, 1895-México, 1971), uno de los nombres fundamentales en el periodismo español de preguerra y en los gobiernos republicanos, estrecho colaborador de Azaña y seguidor de su herencia en el exilio, donde llegó a colaborar estrechamente con Indalecio Prieto. En los últimos años el doctor Angosto ha publicado Sueño y pesadilla del republicanismo español: Carlos Esplá, una biografía política (Biblioteca Nueva, Alicante, 2001) y ha recogido un volumen de artículos del biografiado en Carlos Esplá Rizo: 'Unamuno, Blasco Ibáñez y Sánchez Guerra en París' (Instituto Gil Albert, Alicante, 2002). Su acercamiento a esa figura ha tenido raíces de cercanía provincial, y merced a su familia y herederos pudo recuperar los archivos personales de Carlos Esplá que ha puesto a disposición de la universidad española, y a partir de los cuales ha podido recuperar su memoria final, en una empresa en verdad ejemplar, lo que permite pensar en el impulso que a nuestra historia reciente han dado en el último cuarto de siglo los motivos de índole regional, provincial y autonómica.

De estos tres libros, el terce

ro recoge más de veinte cartas de Azaña a su colaborador, escritas ya en plena derrota y en el exilio francés donde pronto morirá, verdaderamente reveladoras. No son cartas de queja, ni de reproche , sino recuerdos de amigos para quienes pide ayuda -nunca para sí mismo- ni de disculpa o explicaciones. Son cartas humanas, en las que ni siquiera responde a las calumnias que ya empezaban a amontonarse sobre él. Un documento conmovedor. El segundo, un conjunto de crónicas periodísticas de Carlos Esplá en la prensa alicantina, valenciana y nacional, publicadas entre 1916 y 1930, es el más "literario", el que muestra la mejor profesionalidad del autor y lo que ya era cuando su vocación política republicana se le impuso al final: un buen periodista, uno de los mejores de su tiempo, repleto de humor, gracia y cierta malevolencia hasta para coger el toro por los cuernos cuando el caso lo exigía. Son primero crónicas para un público alicantino, escritas desde Valencia bajo seudónimo (Valentín Carrasco), pues estaba desterrado de su ciudad natal, y allí se hizo blasquista convencido. Luego vienen sus crónicas de París, que a veces recuerdan a las de Corpus Barga -que también las publicaba en El Sol-, aunque lo político en este último no llegó a ocultar nunca su obra literaria.

De ahí que la entidad del primero de los libros citados sea de mucha mayor importancia biográfica e histórica. Sueño y pesadilla del republicanismo español: Carlos Esplá, una biografía política es el resultado de la tesis doctoral del profesor Angosto Vélez, un buen volumen de casi medio millar de páginas de gran formato que va siguiendo la vida agitada y tumultuosa, repleta de rebeldías, exilios, manipulaciones (como la puesta en contacto en París de Unamuno y Blasco Ibáñez, o la rebelión de Sánchez Guerra contra la dictadura de Primo de Rivera), anécdotas curiosas (como la bofetada a "El Caballero Audaz") que terminarían en su compromiso con la Segunda República, como parlamentario, en los gobiernos civiles de Alicante y Barcelona (con su labor en favor del Estatuto) y alto funcionario en los Gobiernos de Azaña de quien fue un leal servidor siempre. La guerra, la derrota y los exilios terminaron con todo aquel sueño, convertido ya en pesadilla para siempre. Pues si la vida de Azaña se interrumpió pronto (¡cómo espero el libro de Juan Goytisolo sobre su figura que está a punto de aparecer en Península con el título de El lucernari o!), la de su fiel amigo y leal servidor se prolongó hasta 1971, fecha de su muerte en México tras un largo trayecto como traductor en organismos internacionales, conferenciante, agitador político siempre y sumido en las innumerables peleas que consumieron los restos del exilio republicano, que este libro describe con precisión, pues la pesadilla no había cambiado mucho, y quizá siga todavía sin cambiar. Una buena triple lección para quien quiera aprender, aunque ya no sepamos muy bien qué ni para qué, y que nos cojan al menos bien confesados.

Manuel Azaña, segundo por la izquierda (abajo), en el Congreso de los Diputados, el 14 de julio de 1931.
Manuel Azaña, segundo por la izquierda (abajo), en el Congreso de los Diputados, el 14 de julio de 1931.ALFONSO

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