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El Congreso de África demanda nuevas formas para el desarrollo

Lluís Pellicer

África sabe andar y no necesita que nadie le marque la senda que ha de seguir. Ésta fue una de las reivindicaciones del Congreso Internacional de Estudios Africanos organizado por la Generalitat y el Laboratorio para las Sociedades Africanas, que hasta ayer reunió en Barcelona a más de cien investigadores y expertos sobre el continente.

Los participantes en los debates demandaron un nueva visión para que África pueda prosperar sin un patrón impuesto por los países industrializados. La autonomía, sostienen los investigadores, no se ha de reducir a la elección de un sistema político, sino también a un modelo de desarrollo económico.

"Ha habido un amplio consenso sobre las necesidades actuales de la cooperación. Se debe actuar en el ámbito local, de forma descentralizada y recordando que la última decisión corresponde a las propias sociedades africanas", reza el informe de conclusiones que leyó el antropológo Albert López-Bargados.

En las 20 mesas del congreso se convino que no pueden imponerse modelos democráticos occidentales, puesto que sólo integrando las formas tradicionales de organización social se podrá lograr una participación de la población.

Mbuyi Kabunda, doctor en la Universidad de Basilea, consideró igualmente negativa la implantación de la "democracia a la africana" y formuló una propuesta que se adapte a la realidad centroafricana. "Debemos aplicar el sufragio universal directo teniendo en cuenta el carácter plurinacional del Estado para que no gobierne la etnia mayoritaria. Es necesario combinar la existencia de una Cámara moderna donde diseñar programas de gobierno con otra de carácter tradicional para fomentar el diálogo entre los jefes de cada grupo", señaló.

Romper tópicos

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A los logros del congreso se añade la ruptura con los tópicos que forman el andamiaje de la visión europea sobre África, que se resume en la reducción del continente a un territorio asolado por la hambruna, la incapacidad de desarrollar gobiernos democráticos y transparentes, y la insistente relación entre la religión islámica y el terrorismo.

Los ponentes de los debates recordaron que el contiente es un mercado potencial de 850 millones de productores y consumidores, y denunciaron que mientras que en 1960 este territorio significaba el 10% del comercio mundial, hoy sólo supone el 1%. "No podemos reducir nuestra visión de los ciudadanos africanos como sujetos económicos disminuidos", agregó el presidente del congreso, Ferran Iniesta.

Para los organizadores, este foro ha supuesto un salto cualitativo para la investigación catalana. "Gracias a este evento, los que se han formado durante los últimos 40 años han podido salir de la cueva", concluyó Iniesta.

La próxima edición del congreso tendrá lugar en Portugal en la primavera de 2006.

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Sobre la firma

Lluís Pellicer
Es jefe de sección de Nacional de EL PAÍS. Antes fue jefe de Economía, corresponsal en Bruselas y redactor en Barcelona. Ha cubierto la crisis inmobiliaria de 2008, las reuniones del BCE y las cumbres del FMI. Licenciado en Periodismo por la Universitat Autònoma de Barcelona, ha cursado el programa de desarrollo directivo de IESE.

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