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Arzalluz defiende que Egibar ha de ser quien dirija el PNV en Guipúzcoa

El presidente peneuvista quiere que su delfín regrese al EBB "por derecho propio"

El todavía presidente del PNV, Xabier Arzalluz, se pronunció ayer abiertamente a favor de la candidatura de Joseba Egibar a la presidencia de la ejecutiva de Guipúzcoa y, por tanto, de su vuelta al Euskadi Buru Batzar (EBB). "Le apoyo completamente. Es Egibar quien debe representar a Guipúzcoa", recalcó tras manifestar que el liderazgo del lehendakari, Juan José Ibarretxe, le permite irse "sin preocupaciones sobre el futuro". "De Imaz espero que esté a la altura de las circunstancias, que tenga lucidez y fuerza y, sobre todo, que se entienda con Ibarretxe", apostilló.

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Arzalluz aprovechó su última rueda de prensa en el cargo, convocada para opinar sobre el relevo al frente del Tribunal Superior vasco, para recalcar la continuidad de su apoyo a Joseba Egibar, su delfín y el candidato que postuló para sucederle al frente del partido, siendo derrotado por Imaz. "Es Egibar quien debe representar a Guipúzcoa", dijo el aún presidente peneuvista, porque su "sensibilidad, conocimientos, experiencia y solidez" hacen aconsejable su presencia en el EBB "por derecho propio". "Me alegro mucho del paso que ha dado [Egibar postulándose para la dirección de la ejecutivs guipuzcoana], que no sé si resultará, supongo que sí, y le apoyo completamente porque es lo correcto", añadió.

En una comparecencia que él mismo convirtió en su despedida de los medios informativos, Arzalluz sostuvo que deja el cargo tras 23 años "con buen sabor de boca" y que desde hace tiempo contaba "los días", aunque precisó: "Otra cuestión es que uno esté conforme o no con todo lo que ve y deja detrás". Aún así, matizó: "A los que somos mayores no hay que hacernos demasiado caso, porque a todos los que se van con cierta edad lo que viene siempre les parece mal, así que uno tiene que dudar de su propio criterio". Arzalluz se declaró contento del trabajo realizado al frente del partido, "principalmente con que tantos medios, de Madrid y de aquí", le hayan "tratado a palos. Para mí ha sido un honor, como nacionalista vasco, molestar tanto a esa gente".

Aseguró que se va "sin preocupaciones" porque deja al partido "afirmado y con un líder tremendamente bueno. Tengo toda la confianza en Ibarretxe y ése llevará la política del partido". "Aznar nos ha cerrado todas las puertas y nos ha dejado con el único impulso de Ibarretxe. Le he ayudado y le seguiré ayudando" , se comprometió.

Arzalluz se mostró más distante al explicar qué espera de su sucesor, Josu Jon Imaz: "Espero que esté a la altura de las circunstancias, que tenga lucidez y fuerza y, sobre todo, que se entienda con Ibarretxe, porque con esto de la bicefalia el presupuesto absoluto es que las dos cabezas piensen al unísono". El presidente saliente añadió que ante ese reto su sucesor tiene la ventaja de haber estado ya en el Gobierno.

"No espero choques"

Sobre la consolidación de dos sensibilidades con dos cabezas visibles en el PNV, Arzalluz, quien reconoció estar "en una parte de la bronca", dijo no albergar temores. "No es nuevo y no espero que haya problemas o choques especiales en el entendimiento interno entre Imaz y Egibar, aunque, estas cosas, luego, vaya usted a saber". Respecto a la posibiliad de que esos ronces se produzcan, afirmó que "hay gente que piensa de otra manera en el entorno de Imaz".

En todo caso, estimó que su partido está "revivido" por el debate interno vivido para resolver su relevo, aunque admitió que también existen "resquemores", a los que quiso restar importancia. "Todo cambio es violento y cuando se plantea una elección no sólo entran puntos de vista ideológicos y estratégicos, sino también una partida de intereses personales, pero no creo que vayamos a tener más problema de lo que supone el propio debate y la pelea", dijo. "Peor es el despotismo del PP", apostilló.

En torno a su situación personal y sus planes a partir del próximo sábado, enfatizó que no intervendrá en los asuntos del partido, aunque estará en el Consejo Consultivo, puesto al que despojó de todo valor al afirmar que es un órgano al que nunca se consulta. "Mi proyecto primero es no pegar ni golpe, ordenar papeles porque tengo mucho que escribir y que leer, y, lo que me pidan en el partido, si me piden, ya veré si lo hago o no", apuntó.

Arzalluz explicó que se ha ido por "dignidad personal", por voluntad propia -"podría haber seguido de haber querido", recalcó- y cuando ha estimado que era el momento oportuno de "dejar paso".

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