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Editorial:
Editorial
Es responsabilidad del director, y expresa la opinión del diario sobre asuntos de actualidad nacional o internacional

Sentencia ejemplar

La apología de la violencia llamada de género ha sido objeto por primera vez de una condena judicial en España. El imam de Fuengirola, Mohamed Kamal, ha sido condenado por un juzgado de Barcelona a un año y tres meses de prisión por un delito de provocación a la violencia por razón de sexo -incorporado al Código Penal en 1995-, cometido mediante un libro, La mujer en el islam, en el que instruía sobre cómo pegar a las mujeres sin dejar rastro.

La conducta delictiva por parte del imam se materializó en este libro, que proporciona recomendaciones, en muchas casos ofensivas, sobre el trato de los hombres a las mujeres y las "límitaciones" en los castigos físicos. Afirma, por ejemplo, que "los golpes se han de administrar a unas partes concretas del cuerpo como los pies y las manos, debiendo utilizarse una vara no demasiado gruesa para no dejar cicatrices o hematomas". Esta suerte de consejos son especialmente graves en una sociedad como la española, que está registrando un incesante aumento de crímenes y delitos por violencia doméstica y de género, que en 2003 alcanzaron los 70 asesinatos y cerca de 50.000 denuncias por malos tratos.

La sentencia judicial es especialmente valiosa al afirmar que la confrontación entre un supuesto derecho a la libertad religiosa, ejercitado por el imam, y el derecho a la integridad moral de la mujer destinataria de su discurso debe resolverse a favor de este último. El juez apoya sus reflexiones en el artículo 15 de la Constitución española, que prohíbe los tratos inhumanos y degradantes y que tienen su reflejo en el Convenio Europeo de Derechos Humanos y en el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos.

La defensa del imam ha resultado particularmente intolerante al utilizar supuestos argumentos religiosos, que en ningún caso podrían contravenir los derechos humanos y están en flagrante contradicción con las conclusiones sobre violencia doméstica del III Congreso de la Mujer Musulmana de 2002 e incluso de los textos sagrados del islam, como recoge el fallo judicial.

La lucha contra la violencia doméstica tiene muchos frentes. El judicial no ha sido siempre el más avanzado, pero la sentencia ejemplar del juez de Barcelona es una buena noticia que hay que saludar, como hicieron ayer con satisfacción el centenar de asociaciones de mujeres que presentaron la querella.

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