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Un rosario de averías pone en peligro la Estación Espacial Internacional

Los astronautas se enfrentan a fallos en la presión, los giróscopos y el oxígeno

Una fuga pequeña pero persistente de aire en la Estación Espacial Internacional está obligando a los dos tripulantes a revisar todas las posibles causas antes de que la situación se agrave. El centro de control de Estados Unidos cree que la fuga se debía a un pequeño agujero en un conducto de una ventana en el laboratorio estadounidense Destiny, que fue retirado ayer. Hasta dentro de varios días no se podrá saber si se ha resuelto el problema, al que se suma el fallo de dos de los cuatro giróscopos y del sistema de producción de oxígeno de la estación. La situación no se considera de emergencia.

Probablemente se mantenga el plan de aislar desde mañana el laboratorio Destiny del resto de la estación (los módulos rusos) durante varios días para confirmar que la fuga ha desaparecido, reconoció ayer Jim Newman, director en Rusia del Programa de Vuelos Habitados de la NASA. "La fuga se produce seguramente por un pequeño agujero en un conducto flexible con válvula, conectado a la ventana mayor del laboratorio, para evitar la condensación en el cristal", explicó Newman.

La manguera ya ha sido retirada, pero ayer todavía no se había constatado la normalización de la presión, que descendió el viernes pasado al límite aceptable para el funcionamiento de algunos de los aparatos, aunque no supuso peligro para los astronautas.

"El miércoles, la tripulación tendrá que aislar el módulo americano Destiny del resto de la estación para verificar que es hermético", declaró ayer Pavel Vinogradov, director ruso de astronautas a la agencia Itar-Tass. "Deben trabajar mucho para transferir al módulo ruso los documentos, el agua y los alimentos", aseguró Vinogradov. La agencia resaltó que la fuga estaba en la parte estadounidense, ya que en principio se pensó en que residía en el equipo ruso para purificar el aire que respiran los astronautas.

La producción de oxígeno es otro de los problemas actuales en la estación. El aparato ruso ha dejado de funcionar y los astronautas tienen que encender dos veces al día unas velas especiales, también de fabricación rusa, para obtener el oxígeno necesario.

Además, tras el fallo de dos de los cuatro giróscopos, el centro de control debe recurrir a encender de vez en cuando los pequeños motores de la nave Progress atracada en la estación para mantener su orientación correcta, lo que consume más combustible del previsto. A finales de mes partirá del cosmódromo ruso de Baikonur otra nave Progress con provisiones que sustituirá a la actual. Según Newman, es posible que en ella vaya el repuesto necesario para evitar nuevas fugas, aunque no se considera un elemento indispensable.

La estación espacial, en órbita a más de 350 kilómetros de altura, se encuentra en sus horas más bajas desde que hace casi un año tuviera lugar el accidente del transbordador estadounidense Columbia. No se puede continuar la construcción y el único medio de acceso son las naves rusas Soyuz y Progress, que llevan a los astronautas y las provisiones, pero que son demasiado pequeñas para algunos repuestos, como los giróscopos. La tripulación se redujo tras el accidente a dos astronautas para que se consuman menos provisiones.

La tripulación actual está formada por el comandante ruso Alexandr Kaleri y el astronauta estadounidense Michael Foale, que viajaron a la estación el pasado 18 de octubre acompañados por el astronauta español Pedro Duque, y que tienen previsto permanecer en ella hasta el próximo mes de abril. Ya antes de su vuelo, los expertos de la NASA advirtieron de que los continuos fallos en los equipos podrían poner en peligro a los astronautas y los responsables de la agencia posteriormente aseguraron que si la situación se agrava debido a la falta de mantenimiento y repuestos, se ordenará a la tripulación que abandone la estación y regrese a la Tierra a bordo de la nave Soyuz, de la misma forma que volvió Duque tras 10 días de estancia.

La reanudación de los vuelos de los transbordadores no tiene fecha todavía, aunque los planes más optimistas son que vuelvan a volar el próximo otoño. Se desconoce si Bush se referirá a la estación espacial en su plan de exploración de espacial, que presentará mañana.

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