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Cárcel para un joven que incendió su casa tras recibir quejas por su perro

La Audiencia Provincial de Madrid ha condenado a cinco años de prisión a Roger Noel A. Z., un joven de 25 años que el 3 de marzo de 2003 incendió su casa de Pozuelo de Alarcón como venganza contra sus vecinos porque, a consecuencia de sus quejas, la policía le quitó el perro (ver EL PAÍS del pasado 9 de diciembre). El fallo no es firme y contra él cabe interponer recurso de casación, según Europa Press.

Los hechos ocurrieron en la vivienda que el procesado tenía alquilada en el número 1 de la calle de la Tierra, en Pozuelo de Alarcón, según señala el texto judicial. Roger había tenido ya varios conflictos de convivencia con sus vecinos por los ruidos que originaba su perro a causa de los malos tratos a los que le sometía.

El animal ladraba a todas horas y, además, algunos residentes de la finca lo consideraban una amenaza para ellos y para sus hijos. Se quejaban de que el acusado no adoptaba las cautelas necesarias para evitar que el animal molestase y resultase inofensivo, convirtiendo la convivencia en un infierno. Tras varias denuncias presentadas ante la Policía Municipal ésta decidió retirarle el can y se lo llevó a una perrera.

Hacia las once de la noche del 3 de marzo, el acusado comenzó a amenazar a gritos a sus vecinos, diciendo que les iba a matar y a prender fuego a la casa. Cogió un mechero e incendió el sofá que tenía en el salón de su vivienda. Las llamas se extendieron a otros enseres y muebles del piso, provocando una intensa humareda que llegó hasta el pasillo de acceso a las viviendas.

Los policías sofocaron el fuego con los extintores que llevaban en sus coches patrulla y retiraron una bombona de gas butano para evitar que le alcanzaran las llamas y explosionase. La vivienda del procesado sufrió varios desperfectos, aunque el propietario de la misma renunció a la indemnización que pudiera corresponderle.

Trastorno de personalidad

Según señala el tribunal en su sentencia, Roger Noel A. Z. sufre un trastorno mixto de la personalidad "con rasgos de tipo disocial y de inestabilidad límite", que, sin embargo, según los jueces, no altera sus capacidades. Por ello, la Sala Tercera de la Audiencia estima que en el momento de ocurrir los hechos el imputado sabía perfectamente lo que hacía, así como las consecuencias que podría tener su acción.

Por último, los magistrados consideran que el inculpado puso en peligro la vida y la integridad física de las personas que residían en el edificio. Añaden también que Roger actuó movido por el enojo y la venganza, pero en ningún momento por el trastorno psicológico que padece ni por el abuso de alcohol o de sustancias estupefacientes.

Los jueces condenan al acusado por un delito de incendio sin considerar ninguna circunstancia modificativa de su responsabilidad criminal. El fiscal había solicitado 10 años de cárcel para el acusado.

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