Dudas sobre Flash Airlines

Flash Airlines tenía vetado el vuelo entre Egipto y Suiza, pero cada semana, hasta el pasado lunes, viajaba dos veces desde Madrid y Barcelona al país de las pirámides con unos 150 turistas españoles. Miles de ellos lo han hecho por tanto en los últimos meses. Algunos se quejan ahora de que los aviones estaban viejos, mal conservados y sucios. "La próxima vez me informaré para saber si la línea aérea está vetada en Suiza, porque parece que allí son más serios", explica María José Carlos, asustada tras comprobar que la compañía con la que viajó en noviembre sufría un accidente que acabó con la vida de 133 turistas franceses.

Los lunes, un avión de la Flash hacía el recorrido El Cairo-Barcelona-Madrid-Luxor, y los viernes El Cairo-Barcelona-Madrid-Asuán. Las autoridades españolas no utilizaron en ningún momento su potestad para impedir que esa compañía operara en España. De hecho, ha sido la propia línea aérea quien ha decidido, unilateralmente, suspender indefinidamente sus dos vuelos semanales, ya que no ha recibido ninguna petición oficial para que lo haga. Aviación Civil, el organismo responsable de conceder las autorizaciones de vuelo, se ha limitado tras el accidente a pedir a la autoridad aeronáutica egipcia "la confirmación de la validez de todos los certificados de esta compañía, así como su fiabilidad técnica".

Según este organismo, que depende del Ministerio de Fomento, el convenio de 1944 que regula estas cuestiones certifica que "la responsabilidad en cuanto al control sobre el cumplimiento de los requisitos y de la capacidad técnica de una compañía aérea recae en el Estado en que la empresa está registrada", es decir, Egipto. A partir de ahí, España puede hacer inspecciones, como hizo Suiza, que ha vetado al menos a cuatro compañías, y el Reino Unido, que el viernes hizo públicas las líneas que tienen prohibido viajar a ese país.

En los últimos tres años, España ha realizado 67 inspecciones de aeronaves extranjeras (SAFA). En ninguna de ellas detectó fallos tan graves como para prohibirles que operaran. Sin embargo, Aviación Civil alega motivos de confidencialidad para no aclarar si se inspeccionó a Flash.

Los españoles que pagaron el paquete a Egipto, que normalmente incluía una semana en ese país, con tres días de crucero y otros tantos en El Cairo por unos 800 o 900 euros, notaron enseguida las deficiencias del avión. María José Carlos comprobó que los respaldos de varios asientos se iban hacia delante, y que ninguno de los cinturones de seguridad de su fila cerraban. Además, nadie hablaba español entre la tripulación y las instrucciones se daban sólo en inglés. Le perdieron la maleta y no ha recuperado ni siquiera la indemnización correspondiente.

Alicia Fimarro, que viajó una semana antes del accidente con los turistas franceses, comprobó que el avión, además de sucio, tenía algunos asientos en la zona de emergencia a los que se les veían los hierros de tan desgastados. También notó que los asientos se iban para adelante. "Nunca había viajado en un avión tan cochambroso", explica. Todos destacan la sensación de que esos aviones estaban todo el tiempo en vuelo y que su abuso en la utilización ni siquiera permitía que los limpiaran, con lo cual temen por su estado de revisión.