"La educación no puede quedar en manos del mercado"

Las universidades públicas iberoamericanas se han propuesto tomar el tren de las nuevas tecnologías para crear un incipiente y virtual espacio común. Luis Yarzábal, director del Instituto Latinoamericano de Educación para el Desarrollo, señala que los propósitos fundamentales de la Red Iberoamericana de Universidades Públicas, creada en la IV Cumbre Iberoamericana de Rectores, son "interconectar y relacionar a las universidades de la región y crear un espacio permanente de estudio, análisis y revisión de los problemas fundamentales". Yarzábal, uruguayo, investigador biomédico y ex director del Centro Regional para la Educación Superior en América Latina y el Caribe de la Unesco, afirma que esta Red Virtual es el primer paso para la formación de un espacio iberoamericano de universidades públicas.

Pregunta. ¿Qué supone la creación de esta Red Virtual de Universidades Públicas?

Respuesta. Los participantes en la Cumbre han manifestado por unanimidad que esta Red Virtual es el primer paso hacia la construcción de un espacio de circulación del conocimiento, de las tecnologías, de las culturas que se atesoran y producen en las universidades públicas de la región y que, como bien social que son, se quiere distribuir en cada una de las sociedades de los países iberoamericanos. Esperamos que, en la próxima cumbre, el segundo paso sea la creación de grupos de investigación y la circulación de conocimientos y métodos de enseñanza.

P. ¿Por qué es necesario este espacio común en Iberoamérica?

R. Es indispensable que las universidades públicas se asocien para complementarse, para aumentar sus posibilidades de enseñanza, de investigación y de proyección social, porque a nivel aislado no pueden atender a todas sus obligaciones y desarrollar todas sus capacidades.

P. Además de la Red Virtual, ¿qué quieren fomentar?

R. Una de las primeras medidas a tomar es liberalizar la movilidad de docentes y estudiantes entre los diferentes países e instituciones. Hay que intentar, aunque es un esfuerzo homérico, marchar hacia el establecimiento de un currículo básico común para facilitar la acreditación de las distintas carreras y programas, con el fin de que profesionales, investigadores y académicos de nuestras universidades puedan circular en los espacios de integración subregionales.

P. Uno de los asuntos que se ha abordado en la Cumbre es la mercantilización de la educación. ¿Puede llevar a la desaparición de las universidades públicas?

R. A mi juicio, no se llegará a la desaparición, pero sí se aumentará, sin ninguna duda, el riesgo de que disminuya su influencia en la generación de capital humano y social que requieren nuestros países para desarrollarse. Sin duda, cada vez les queda menos espacio a las universidades públicas.

P. ¿Deben ofrecer nuevas alternativas?

R. La universidad pública está llamada a renovarse profunda y rápidamente, pero no puede hacerlo si el Estado renuncia a sus responsabilidades. La educación no puede quedar en manos del mercado. Las demandas del mercado deben ser satisfechas, pero la universidad pública, manejando la educación como un bien social, tiene que atender principalmente a las necesidades y carencias de la sociedad. Además de recursos económicos, se necesita que el Estado no eluda sus responsabilidades y cree un clima favorable al desarrollo de las instituciones públicas, financiándolas, pero también regulando la actividad del mercado.

P. ¿Qué papel deben jugar las universidades públicas para impulsar el desarrollo en los países latinoamericanos?

R. Tienen que estudiar a fondo los impactos que ha tenido la globalización neoliberal y las políticas de ajuste macroeconómico que se impusieron y fueron aceptadas por las élites de estos países para adherirse a los esfuerzos por revertir la situación de disminución del crecimiento económico, de aumento de las desigualdades sociales, de incremento de la pobreza, de deterioro del medio ambiente y de alteración de las economías. Las universidades públicas tienen que sumarse a sus sociedades y contribuir a crear un modelo alternativo de desarrollo, mediante la formación de los recursos humanos necesarios para transformar este modelo por otro que sea solidario, incluyente e igualitario.