Un día perfecto
El Betis se reconcilia con su afición tras vencer al Málaga con Benjamín como protagonista
El Betis se degusta a la tremenda. Al borde del abismo en juego y clasificación, los verdiblancos lograron jugar ayer como un equipo de verdad, con un objetivo común y en el que cada cada uno aporta lo que sabe o puede. Así, Alfonso trajo los recuerdos de tiempos mejores, Joaquín se pringó y demostró lo bueno que es cuando le da la gana, Ito demostró lo valiosa que es la honestidad con la que afronta su trabajo e Ismael sustituyó los barroquismos de Denilson en la banda izquierda por disciplina. Pero es Benjamín el que se merece un elogio especial.
El espigado centrocampista dotó de sentido a la medular bética. Presionó, tapó, basculó, chutó y, sobre todo, acabó con el juego predecible que ha caracterizado a la zona de creación del Betis en lo que va de temporada. Benjamín supo alternar el juego largo con el corto y el horizontal con el profundo. Nutrió de buenos balones largos a Joaquín y casi siempre encontró la opción buena de pase. Con la colaboración de Ito, se hinchó a hablar en el campo, una actitud que Víctor Fernández valora mucho y que distinguía al jugador sobre el que construyó su gran Celta: Mazinho. Todo de sombrerazo hasta que pidió el cambio, reventado y feliz.
BETIS 3 - MÁLAGA 0
Betis: Contreras; Varela, Lembo, Juanito, Luis Fernández (Rivas, min. 76); Ito, Benjamín (Arzu, min. 72); Joaquín, Tote, Ismael; Alfonso (Dani, min. 65).
Málaga: Calatayud; Josemi, Litos (Manu, min. 46), Fernando Sanz, Valcarce; Romero (Gerardo, min. 72), Miguel Ángel; Edgar, Insúa (Leko, min. 65), Duda; Salva.
Goles: 1-0. M. 7. Alfonso, tras diblar a varios contrarios.
2-0. M. 48. Joaquín culmina una gran jugada al contraataque.
3-0. M. 59. Joaquín de tiro cruzado.
Árbitro: Rodríguez Santiago. Amonestó a Tote, Josemi, Gerardo y Slava.
Unos 40.000 espectadores en el Ruiz de Lopera.
Alfonso dejó claro enseguida que el partido no iba a ser la misma miseria que de costumbre -en Heliópolis han puntuado ocho equipos en la primera vuelta-. Se tiró al suelo al borde de la cal de la banda izquierda del centro del campo. El rechace se lo entregó Benjamín y el madrileño se fue a puerta a saco. Dribló a uno, dos, tres, cuatro malaguistas y al borde del desfallecimiento chutó. El balón tropezó en un defensa y se metió. Viejos y buenos aromas de fútbol regresaron a las memorias de los aficionados béticos.
El Málaga fue un equipo insulso. Pareció salir al campo únicamente a esperar a que el Betis le diera un baño o se despeñara solito. Salva, por ejemplo, tan sólo estuvo para hacer dos faltas feísimas a Benjamín y Luis Fernández, y un tiro inocuo casi en el minuto 80. Los malaguistas desperdiciaron una oportunidad de las infallables en el minuto 20. Edgar y Romero se estorbaron al rematar de cabeza un buen centro de Duda. Lo demás, una birria.
El segundo gol fue una buena jugada de equipo que nació de una pelea de Benjamín que Alfonso convirtió en letal con un giro sobre sí mismo que dejó a Ismael con el balón y la banda expedita. Éste pasó a Tote, que se la dio a Joaquín, quien marcó. El gaditano desembridó su calidad y metió un tercer tanto. El cuarto lo desperdició Tote con otra de sus incomprensibles rabonas ¿Ha metido alguna? El delantero madrileño sigue apagado. Hizo un gran desmarque que facilitó a Alfonso su golazo, pero poco más.
El público estaba tan feliz que se pasó el último cuarto de hora cantando. Algunos preguntaban en voz alta por qué los jugadores no habían hecho su trabajo con tanta entrega en otros partidos, pero la mayoría prefería entonar ¡Qué bonitos, que bonitos son los goles de Alfonsito! El ambiente en el estadio quedaría también perfectamente reflejado con una canción del neoyorquino Lou Reed: Oh, que día tan perfecto / y yo quiero pasarlo contigo.
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