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Reportaje:

De Natzaret a Malva-rosa

Prostitución y droga siguen en el retrato de la zona que concentrará las instalaciones de la Copa del América

Desde que el pasado día 26 de noviembre el nombre de Valencia diera la vuelta al mundo al ser elegida sede la Copa del América 2007, se han atropellado cifras y propuestas sobre las actuaciones urgentes, necesarias o recomendables para dejar lista la ciudad. Cifras millonarias de inversión y del mismo corte los beneficios previsibles.

Para quienes llevan décadas viviendo en la franja de mar de la ciudad, de Natzaret a Malva-rosa, la designación de Valencia para el evento ha sido providencias. Las asociaciones de vecinos han visto casi de la noche a la mañana como las más pretéritas promesas se incorporaban a un conjunto de actuaciones inaplazables. El mero hecho de vivir a pocos metros de las zonas que albergarán a los regatistas y sus séquitos les ha hecho merecedores de una plusvalía inimaginable. Pero mientras pasan de manos los pisos, se abren carreteras, desaparecen moles históricas y nacen espacios de ocio, su realidad más inmediata persiste en la convivencia con la marginación del tráfico de drogas al menudeo y la prostitución.

Los vecinos de la zona del puerto critican la falta de efectivos policiales

Desde las asociaciones de vecinos de El Marítimo y la de Natzaret han intentado conocer cuál será el modelo de barrio, el modelo de ciudad en definitiva, que resultará de la entrada del mar en la ciudad. Pero aseguran que el Ayuntamiento no les ha dado respuesta. Fue el propio José Salinas quien en unas declaraciones dijo que el Consorcio Valencia 2007 no es el encargado de definir el modelo de ciudad que puede conformarse para recibir la Copa del América aprovechando las muchas infraestructuras pendientes de hacer y desvió a la Administración, especialmente al Ayuntamiento de Valencia, esa responsabilidad. Pero de momento, la corporación municipal no ha puesto negro sobre blanco qué ciudad se ha propuesto diseñar.

Eso sí, en directa relación con los entre 300 y 500 millones de inversión y los 1.500 de beneficios previstos están las licencias para la construcción de casi 20 nuevos hoteles en la ciudad y actuaciones como la del Parque Central, junto al barrio de Russafa, y un número indeterminado de viviendas. Hacer de cada espacio un lugar goloso pasa por erradicar la marginación evidente. La primera actuación se está haciendo sobre Russafa. En sólo un mes, y coincidiendo con la elección de Valencia para la Copa del América, han desembarcado en la zona policías nacionales, autonómicos y locales para poner orden en el tráfico rodado, la dispensación de bebidas alcohólicas, eliminar los focos de venta y tráfico de drogas, acabar con la hacinación en edificios en estado de ruina y actualizar las licencias de los comercios. El resultado ha sido en términos delictivos de 112 detenidos por tráfico de estupefacientes, reclamaciones judiciales y otros delitos; 220 decomisos de droga; 1.847 identificaciones y acta de cierre de cinco locales por consumo de dorgas. Pero además, 37 inmuebles han sido ya denunciados porque sus fachadas presentan algún tipo de riesgo, técnicos del ayuntamiento y de bomberos revisan cada finca para iniciar las tareas de rehabilitación allí donde se considere.

Fue el propio concejal de seguridad ciudadana, Miguel Domínguez, quien relacionó el urbanismo con la seguridad ciudadana. Aseguró que Russafa podría, de no intervenirse, convertirse en un gueto "porque el deterioro inmobiliario ha expulsado a la mayoría de los vecinos tradicionales, eso ha hecho que los precios de las viviendas al mercado barajan y por tanto que fueran asequibles para la población con menos recursos, en su mayoría inmigrantes irregulares". Así pues, mientras Russafa ha pasado el último año y medio siendo uno de los lugares de la ciudad más conflictivos, de un plumazo se han articulado las actuaciones necesarias para eliminar los focos de marginación, señalar derribos y preparar los permisos para nuevas edificaciones.

Sin embargo, el corredor marítimo, el que albergará la ya bautizada como Americ's Cup Village, mantiene el mismo retrato que antes de que Valencia fuera tocada por la vela de alta competición.

La asociación de vecinos de El Grao denuncia la permanencia de la práctica de la prostitución en en las inmediaciones de la avenida del puerto. Las noches de jueves, viernes y sábado siguen concentrando desde el Camí de Les Moreres hasta el principio del paseo de la Malva-rosa la prostitución de mujeres de origen subsahariano. Los vecinos aseguran, además, que la focalización de la vigilancia en la zona de Russafa ha dejado a la zona del puerto sin supervisión alguna por los efectivos policiales. Fuentes de la policía local confirman que no hay unidades suficientes, como ocurre con la policía nacional, según el Sindicato Unificado de Policía.

En Natzaret, los vecinos plantean la misma queja. De hecho, la policía ha practicado dos decomisos de droga en la zona de la calle Ifach en la última semana pero no ha articulado operativos específicos. El entorno de esa calle, afectado por orden de derribo para nuevas edificaciones, continúa siendo un núcleo de tráfico de drogas y celebración de peleas de gallos ilegales. La asociación de vecinos ha criticado igualmente que la policía, casi desde el verano pasado, no haga acto de presencia más que una vez al día. Desde el SUP se reconoce que "las actuaciones en Valencia se están haciendo, en parte, para la foto".

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