Uniformidad salarial
Las dificultades económicas igualan los incrementos de las remuneraciones en todos los niveles retributivos
Los aumentos salariales de los directivos en España se han incrementado en un 4,7% durante 2003, prácticamente lo mismo que los jefes y mandos y el resto del personal, y para el próximo ejercicio todo indica que habrá más de lo mismo, con previsiones a la baja. Esta situación obliga a buscar fórmulas más atractivas de retribución y aumenta la personalización de las mismas.
Informática y personal han sido las áreas con mayores incrementos en 2003 para compensar las desventajas de años anteriores
Tras un año de transición en el que las retribuciones de los ejecutivos de las empresas instaladas en España han capeado el temporal de la crisis como han podido, este ejercicio se presenta en principio como más de lo mismo, pero con algunas dosis de optimismo impulsadas por las luces que parecen vislumbrarse al final del túnel de la crisis económica europea.
Una crisis que, en el caso español, ha constatado uno de los principios fundamentales en la práctica de la política retributiva como es el que en los periodos de dureza económica los abanicos de los incrementos salariales de las empresas se estrechan para ampliarse de nuevo ante un ciclo de bonanza. Así, el año pasado, la retribución de los directivos aumento en un 4,7%, cifra semejante a la del personal sujeto a las negociaciones de convenio, y sólo una décima por debajo del registrado por los jefes y mandos intermedios.
Según el informe sobre política retributiva que realiza el Centro de Investigación Salarial (Ceinsa) del Grupo RH Asesores, esta superposición de incrementos que se produjo en los años 1998 y 1999, inició su ampliación con el cambio de siglo y ha vuelto a registrarse en 2003. En cuanto al año que empieza, según las primeras estimaciones de Manuel Osorio, director general de Ceinsa, el abanico de incrementos previsto oscila entre 2,8% y 4%, por lo que la media se situará por debajo del 3,5%.
"Ha sido un año sin cambios significativos, en el que únicamente durante el último cuatrimestre se ha elevado algo el tono optimista superando el 3% y acercándose al 3,5% las previsiones de incremento", señala Osorio, para el que han desempeñado un papel fundamental en este sentido las percepciones relativas de que pueda consolidarse de verdad la recuperación económica en 2004.
En 2003 se tomaron las decisiones de política salarial con pocas alegrías, y este año se intenta superar las incertidumbres existentes; pero de cualquier manera, los incrementos del abanico que se registren serán siempre en las "retribuciones de riesgo. La parte consolidada de los salarios será la misma que en 2003", según Osorio.
Los responsables de la política retributiva siguen con la máxima grabada a fuego de contener los costes fijos a cualquier precio, y va a ser muy difícil aumentar las masas salariales. Esta situación está consolidando también el papel de la retribución variable, ligada a los resultados de las empresas, que en años duros como los pasados demuestra realmente su eficacia. Se han aprendido muy bien la lección de los primeros años de la década pasada y desde entonces cuando los resultados no han sido muy favorables las repercusiones salariales se ligan a la parte fija de los mismos, pero cuando han sido satisfactorios se repercuten sobre la parte variable.
Masa salarial
Esta tiranía de la contención de la masa salarial, en un momento además con el índice de precios al consumo en niveles bajos, está llevando a un notable desarrollo de la imaginación y de búsqueda de fórmulas de retribución más atractivas que de momento se implantan con carácter testimonial. Entre ellas destacan los planes de compensación flexible, algo parecido a una retribución a la carta o, en términos anglosajones, cafeteria benefits. Se trata de fórmulas que según, Jesús Espinosa, responsable en Madrid del Grupo RH Asesores, basan la optimización de los paquetes salariales en las retribuciones en especie. Una actividad que cada vez fomentan con mayor ahínco las firmas de asesoramiento fiscal y en las que el trabajador decide la composición de su cesta retributiva que cada vez está más abierta a nuevos productos.
En este sentido, la reforma incorporada el año pasado a la Ley del IRFP, favorece este camino, aunque de momento hay muchas cautelas. En principio tiende a favorecer las rentas de carácter irregular, pero son muchas las incertidumbres que se plantean, según los expertos.
Según Osorio, esta reforma ha potenciado la utilización de retribuciones con ciclos superiores al año natural como, por ejemplo, los bonos a tres años, pero si esto se realiza con cierta frecuencia, deja de ser una actividad irregular.
En el reparto de incrementos por sectores productivos, un año más, las nuevas tecnologías y la externalización de muchas actividades han distanciado notablemente a los electrónicos y los servicios profesionales.
En este sentido, Espinosa señala que, paradójicamente, los consultores no lo han pasado muy bien durante los últimos años en los que se han producido muchos despidos, "pero se trata de un sector que tiende a cuidar muy bien a los que se quedan en las empresas".
En cuanto a la evolución en las distintas áreas de actividad en la empresa, marketing ha sido la más castigada durante el año pasado, mientras que informática y personal han resultado las más favorecidas, con incrementos superiores al 5% con los que, según Manuel Osorio, se trata de recuperar las desventajas que han registrado en los últimos ejercicios.
El próximo mes de junio se producirá la ampliación de la Unión Europea, con la incorporación de una decena de países de Este y el centro de Europa que ha levantado ya algunas alarmas por las importantes diferencias salariales que existen entre estos próximos miembros y la media de los 15 actuales. Sin embargo, al margen de las consecuancias directas que supongan el desvío de inversiones industriales o las deslocalizaciones de plantas que se trasladen a aquellos lugares, no parece que esta ampliación vaya a tener consecuencias directas en las retribuciones salariales de la Unión Europea. Ni siquiera la unificación alemana ha conseguido a estas alturas una total equiparación de las retribuciones de sus directivos dentro del mimo país. Ni el euro ha supuesto tampoco el acercamiento de los niveles retributivos entre los distintos países que siguen fijándose fundamentalmente en función del nivel de vida, incluso dentro de las mismas compañías.
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