Las polémicas bodas de la ministra
Algunos austriacos andan soprendidos porque, en vísperas de las elecciones presidenciales en Austria, la ministra austriaca de Asuntos Exteriores, Benita Ferrero Waldner, se volvió a casar con su cónyuge, Francisco Ferrero Campos, director del Instituto Cervantes de Viena. Eran marido y mujer desde hacía ya años, ambos en segundas nupcias. Pero para poder recibir los sacramentos en la capilla del arzobispado de Salzburgo el pasado 23 de diciembre, ella tuvo que anular por derecho canónico su primer matrimonio. Él no necesitó recurrir al Vaticano, porque nunca se había casado por la Iglesia. Como era previsible, la jefa de la diplomacia austriaca, del democristiano Partido Popular, se manifestó ayer dispuesta a presentar su candidatura para la presidencia. Su rival será el socialdemócrata Heinz Fischer, ex presidente del Parlamento, agnóstico declarado. La estrategia matrimonial de la jurista Benita Ferrero, de 55 años, ha dado pie a las primeras polémicas de propaganda electoral.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.