La compañía L'Om-Imprebís recrea la relación de Don Quijote y Sancho en su nuevo montaje
Santiago Sánchez, director de la compañía L'Om-Imprebís, piensa que es falso el debate sobre
la imposibilidad de llevar a escena El Quijote, de Miguel de Cervantes. Y ha querido demostrarlo en Quijote, montaje en el que quiere trasladar las sensaciones que el texto le produjo con un ritmo que no aburra al público, que podrá ver la función desde hoy y hasta el 29 de febrero en el Círculo de Bellas Artes de Madrid. "Queremos desvelar el
potencial teatral y la dramaturgia virtual que encierra Cervantes", contó ayer en la presentación Sánchez, conocido por sus montajes de Galileo y La mujer invisible. "Ha sido una prioridad hacer una obra simple, directa y entretenida. Pesa mucho la losa de ser El Quijote una lectura obligatoria en las escuelas", continuó. "Y hemos querido hacer un homenaje a Cervantes, que quiso ser dramaturgo, conoció en Italia la Comedia del Arte y a quien le encantaban los corrales".
Sánchez propuso al actor y dramaturgo Juan Margallo escribir el texto a medias. "Soy un buen cortador", confiesa el primero, que tuvo claro desde el principio la imposibilidad de contarlo todo. "Está muy bien la sabiduría de El Quijote, pero para mí lo importante es la relación de Don Quijote y Sancho Panza, dos personajes tan contrapuestos que nos ofrecen una visión muy amplia del mundo", señaló Margallo. "Incluso cortando, nos salieron tres horas y media, y en los ensayos se siguió sintetizando".
"Lo más bonito es ver la transformación en la relación de Don Quijote y Sancho Panza. Primero amo y criado, hasta llegar a ser grandes amigos. Al final, no se sabe quién es quién", dijo Vicente Cuesta, que encarna al caballero. Sandro Cordero da vida a su escudero.
Durante cuatro meses, los actores trabajaron el texto y dos de ellos, Yayo Cáceres y Rodrigo Díaz, al mismo tiempo crearon la música, que es en vivo. "Nos dimos cuenta de que no tenía que ser de época y nos dejamos llevar por las sensaciones", describió Cáceres. "El escenario tiene unos elementos muy simples, porque hay que potenciar que el actor cree lo que sucede", según el escenógrafo Dino Ibáñez.
Babelia
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