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Ascer subraya que las azulejeras son "muy sensibles" al cambio del dólar

La Generalitat apoya una lectura "flexible" del compromiso de Kioto

Fernando Diago, presidente de Ascer, la patronal del sector cerámico, declaró ayer en Valencia que 2003 "ha sido un año muy difícil y muy complejo" para los fabricantes de azulejos como resultado de una funesta "conjunción de factores negativos" entre los que subrayó, en primer lugar, el carácter "penalizante del actual cambio del dólar" respecto al euro, que bate marcas históricas de cotización respecto a la moneda estadounidense.

Diago acudió ayer al Palau de la Generalitat donde solicitó apoyo político para una lectura "flexible" de los compromisos sobre emisiones de dióxido de carbono a la atmósfera asumidos por España con la firma del denominado protocolo de Kioto y aprovechó la ocasión para subrayar los problemas que acumuló el sector cerámico durante el año pasado. Diago citó el cambio del dólar, pero añadió los problemas derivados de la guerra en Irak, que han cerrado las ventas en un Oriente Medio, un mercado que representa el 12% de las exportaciones del sector cerámico; vinculó la tensión internacional a una paralela caída de las ventas en Estados Unidos, destino del 11% de las ventas del sector en el exterior; aludió a la neumonía asiática, una "pandemia" que impidió a "los comerciales" del sector viajar durante meses al Extremo Oriente; y cerró el círculo con el escaso movimiento de la economía en "Alemania, Francia, Holanda y Suiza".

Diago afirmó que el sector cerámico habría superado sin mayores problemas cualquiera de los obstáculos por separado, pero admitió que la suma de tantos factores ha sido "muy penalizante" para el comercio internacional y por tanto, para un sector que concentra la inmensa mayoría de sus ventas en el extranjero.

Las cuotas de emisión de dióxido de carbono que el Gobierno atribuirá a los distintos sectores industriales el próximo mes de marzo de acuerdo con el protocolo de Kioto, donde España se comprometió a restingir el aumento de emisiones en 2015 a un 15% por encima de los datos correspondientes a 1992, sólo añadiría problemas al sector, deslizó Diago por vía negativa.

El presidente de Ascer desgranó la evolución del sector cerámico desde 1985, cuando renunció a usar fuel como combustible, hasta la fecha, que sólo consume gas natural, como ejemplo de una "permanente apuesta por la sostenibilidad". Y obtuvo todo el respaldo político de la Generalitat en favor de una lectura flexible de los acuerdos alcanzados en Kioto, que permita al sector adaptar sus procesos industriales sin merma para la competitividad de sus productos. Diago recordó que varios países competidores, con China a la cabeza, consideran papel mojado el acuerdo sobre reducción de contaminantes a la atmósfera.

Rafael Blasco, consejero de Medio Ambiente, garantizó todo el apoyo de la Generalitat al sector cerámico ante el Gobierno central para lograr que las cuotas de emisión que deben asignarse en marzo sean razonables.

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Blasco recordó que la industria azulejera española se concentra mayoritariamente en Castellón en un radio de apenas 40 kilómetros y sugirió que sería absurdo penalizar a un sector boyante, que ofrece empleo a más de 25.000 personas, y capaz de asumir una reconversión que otros sectores industriales nunca podrían acometer.

El sector cerámico y el transporte, mucho más disperso, son los únicos afectados en la Comunidad Valenciana por las cuotas de emisión de gases que debe fijar el Gobierno.

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