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Dos franceses mueren a tiros al pararse en una carretera de Irak

Las víctimas trabajaban en Bagdad para una compañía estadounidense

Jorge Marirrodriga

ENVIADO ESPECIAL

Dos ciudadanos franceses que trabajaban para una compañía estadounidense fueron asesinados ayer en Faluya, a unos 60 kilómetros al oeste de Bagdad, según confirmó en la capital iraquí el general Charles Swannack. Se trata de los dos primeros franceses muertos en Irak desde que el pasado 20 de marzo comenzara la guerra contra el régimen de Sadam Husein. Una tercera persona, también francesa, resultó herida muy grave en el mismo atentado.

Los hechos se produjeron a primera hora de la tarde cuando un convoy de numerosos vehículos viajaba por la ruta que lleva de la capital a Faluya, en cuyas cercanías se encuentra una importante base aérea utilizada por la Fuerza Aérea estadounidense. "El vehículo en el que viajaban los tres franceses sufrió un pinchazo y se detuvo para efectuar la reparación correspondiente descolgándose del resto del convoy", señaló el militar estadounidense. Mientras los ocupantes trataban de arreglar la avería, desde un coche que circulaba por la carretera varios desconocidos efectuaron numerosos disparos matando en el acto a dos franceses y dejando herido de gravedad al tercero.

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Las tres víctimas trabajaban para una empresa estadounidense que tiene adjudicadas varias contratas en la recuperación de infraestructuras en Irak. En el país trabajan numerosos ciudadanos occidentales que no pertenecen necesariamente a países aliados de Estados Unidos en su campaña de Irak, argentinos, libaneses y colombianos entre otros. Los tres franceses no se encontraban registrados en el consulado francés en Bagdad -que se encuentra instalado en los locales de la Embajada de Rumania y donde trabajan una decena de funcionarios-, ni las autoridades francesas tenían, hasta ayer, noticia de su presencia en el país. Los ciudadanos extranjeros presentes en Irak han sido alertados de la posibilidad de que puedan sufrir ataques no planificados, es decir, que miembros de la resistencia puedan atentar contra ellos simplemente porque se encuentren frente a la ocasión propicia de atacar a un occidental.

Por su parte, el mando estadounidense en Irak comunicó ayer la expulsión del Ejército de tres personas acusadas de infringir malos tratos a detenidos iraquíes. Se trata de tres suboficiales, la sargento primero Lisa Marie Girman, el sargento Scott McKenzie y el suboficial Timothy Canjar. Todos ellos serán sometidos a un consejo de guerra y en caso de ser encontrados culpables podrían ser condenados a 25 años de cárcel. Según el teniente coronel Harris, los hechos se produjeron el pasado mes de mayo en un campo de detención establecido por los estadounidenses al sur del país, denominado Camp Bucca. Una investigación oficial ha establecido que la sargento primero Girman golpeó a un hombre hasta que cayó al suelo y una vez allí continuó dándole patadas en la cabeza y el abdomen "mientras animaba a sus subordinados a hacer lo mismo". Por su parte, McKenzie y Canjar sujetaban a los prisioneros por las piernas mientras animaban a otros a que patearan el cuerpo de los hombres inmovilizados. En la misma investigación por abusos ha habido otros militares implicados que pidieron ser expulsados "sin honores" del Ejército antes de hacer frente a un tribunal militar.

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En la ciudad de Basora, a unos 500 kilómetros al sur de Bagdad, las tropas británicas se enfrentaron a cientos de personas que protestaban por las calles exigiendo la paga de sus salarios, que no reciben desde el pasado mes de septiembre.

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Sobre la firma

Jorge Marirrodriga
Doctor en Comunicación por la Universidad San Pablo CEU y licenciado en Periodismo por la Universidad de Navarra. Tras ejercer en Italia y Bélgica en 1996 se incorporó a EL PAÍS. Ha sido enviado especial a Kosovo, Gaza, Irak y Afganistán. Entre 2004 y 2008 fue corresponsal en Buenos Aires. Desde 2014 es editorialista especializado internacional.

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