_
_
_
_

"Si no tienes nada que ocultar, ¿dónde está el problema?"

"Si no tienes nada que ocultar, ¿dónde está el problema?". Es una de las reacciones más repetidas de las que se escucharon durante toda la jornada de ayer entre los viajeros que estrenaron el nuevo sistema de control biométrico en las fronteras de Estados Unidos. Por tierra, por aire o por mar, los primeros extranjeros que se aventuraron a entrar en un país blindado contra la amenaza terrorista se mostraron por lo general bastante compresivos ante las severas medidas de seguridad en vigor. Otros no se cortaron y la calificaron de "indignante".

Las cadenas de televisión estadounidenses mandaron a sus cámaras a los principales aeropuertos del país y otros puntos de entrada para, micrófono en mano, sondear el estado de ánimo de los visitantes después de pasar por los controles. La respuesta fue más bien positiva y la mayoría reconoció no tener "ningún problema" ni sentirse "ofendidos" por que se le tomen las huellas o por que se les haga una foto para poder cruzar la frontera. "Creo que es normal y bueno que se haga ante las cosas que están pasando", afirmaba un viajero jamaicano tras pasar por el escáner del aeropuerto de Miami.

Desde el aeropuerto internacional de Washington, un ciudadano brasileño consideró que "no es necesario llegar a este extremo" y calificó de "denigrante" que se someta a los extranjeros a este proceso. En un tono más duro se expresó otro brasileño, que comparó la medida con los controles del Ejército nazi. "Atenta contra los derechos humanos, viola la dignidad del hombre y es xenófobo", dijo. Su país ha decido aplicar los mismos trámites de seguridad a los ciudadanos estadounidenses basándose en el principio de reciprocidad.

Un informático argentino reconoció, en todo caso, que no tiene más remedio que aceptar las reglas para poder entrar en el país. Los turistas de la Unión Europea teóricamente están exentos de pasar por este trámite, pero no está siendo el caso y varios ciudadanos franceses y españoles afirman que se han visto obligados a pasar por el registro de sus huellas digitales a pesar de que disponían del pasaporte electrónico. "Me hubiera gustado saber por qué, pero todo pasó muy rápido", afirma una francesa.

"Tampoco te preguntan si estás dispuestos a ser fotografiado", añade otro turista, "y si lo haces te responden: 'debe hacerlo", apostilla una estudiante brasileña. En lo que todos coinciden es en la "rapidez" del proceso. "Te miran el pasaporte, te hacen unas preguntas para saber qué vas a hacer en Estados Unidos y después te piden que pongas el dedo en la máquina y que te quedes quieto para tomarte la foto. No lleva más de un minuto", explicaban los viajeros entrevistados.

Conocer lo que pasa fuera, es entender lo que pasará dentro, no te pierdas nada.
SIGUE LEYENDO

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_