ETA planeó volar los juzgados de Vitoria con un coche fúnebre bomba

ETA había planeado atentar contra el Palacio de Justicia de Vitoria introduciendo una bomba oculta en un furgón fúnebre en el aparcamiento del edificio. El plan estaba perfectamente elaborado y fue hallado entre los papeles intervenidos a Ibón Fernández Iradi, Susper, tras su detención en Francia. El Ministerio del Interior ha pedido al Gobierno vasco que refuerce la seguridad en todas las sedes judiciales vascas, objetivos prioritarios de ETA.

El diario vasco El Correo informaba ayer, citando fuentes judiciales, del plan etarra para atentar contra el Palacio de Justicia de Vitoria, edificio que ya ha sido objeto de dos atentados, en 1996 y 2001. Esta tercera acción había sido meticulosamente preparada e iba a ser perpetrada "muy pronto", según se desprende de la información en poder de Susper. Así, ETA pretendía robar un vehículo fúnebre, cargarlo de explosivos y abandonarlo en el aparcamiento del Palacio de Justicia, una zona de seguridad que está reservada para los vehículos de jueces y magistrados, así como los de sus escoltas.

Los terroristas encargados de llevar a cabo la acción se harían pasar por empleados de pompas fúnebres que acudían a llevar un cadáver para que se le practicara la autopsia en la clínica forense. Al parecer, es bastante habitual que se permita al acceso de este tipo de vehículos, ya sea para practicar autopsias o para el traslado de certificados de defunción. La policía estima que ETA pretendía cometer el atentado a plena luz del día y en horas laborables.

La banda terrorista tenía incluso estudiada la posibilidad de que uno de sus activistas se introdujera en un féretro para hacerse pasar por un muerto. Además, en caso de fallar este plan, ETA había estudiado intentarlo desde el exterior del edificio. Los terroristas disponían de una detallada descripción del interior del inmueble, así como de información sobre los accesos y posibles vías de escape. Este detalle hace pensar que la información ha llegado a la dirección etarra desde dentro de la Administración de Justicia.

Objetivos prioritarios

La existencia del plan fue mantenida durante unos días en secreto por los servicios antiterroristas, que montaron un dispositivo de vigilancia y control para intentar capturar al comando que fuera a perpetrarlo. Sin embargo, trascurrido casi un mes desde la detención, los investigadores llegaron al convencimiento de que ya no se iba a producir. Entonces el Ministerio del Interior, dirigido por Ángel Acebes, lo comunicó al departamento vasco de Interior, a cuyo cargo está Javier Balza, al tiempo que le pidió que reforzara la seguridad en todas las sedes judiciales del País Vasco, ante la evidencia de que son objetivo prioritario de ETA.

La banda dispone de suficientes explosivos para haber cometido éste y otros ataques. ETA tuvo a su disposición durante el pasado año casi una tonelada de sustancias explosivas, aunque en sus atentados sólo llegó a utilizar 242 kilos, de acuerdo con los datos recopilados por la agencia Vasco Press. Las fuerzas de seguridad españolas y francesas se incautaron de otros 748 kilos que estaban ocultos en los arsenales de la banda terrorista.

Varios miles de personas (ni la Policía Municipal ni la Ertzaintza dieron cifras de asistencia) participaron ayer en Bilbao en una manifestación convocada por el Movimiento pro Amnistía para exigir el traslado al País Vasco de los presos de ETA. Los manifestantes marcharon durante más de una hora bajo la lluvia por el centro de Bilbao portando fotografías de los presos de ETA. Los lemas que se corearon en la manifestación, dirigidos a través de la megafonía del servicio de organización, pedían amnistía, el reagrupamiento en Euskadi de los terroristas presos y exigían la libertad de los miembros de ETA "para lograr la paz".