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La presidencia irlandesa cree que la Constitución europea "llevará tiempo"

Dublín inicia su mandato al frente de la UE

Irlanda inició ayer un difícil mandato al frente de la Unión Europea, en el que se formalizará el ingreso de 10 países, e intentará resolver las diferencias sobre la futura Constitución, aunque con escasas posibilidades de un acuerdo antes de concluir el semestre. El primer ministro irlandés, Bertie Ahern, reconoció ayer que llevará "algún tiempo" resolver las diferencias sobre el borrador constitucional, aunque se mostró contra una UE a dos velocidades.

Si los países de la UE liman sus diferencias, Irlanda puede usar su experiencia en la resolución de conflictos durante los próximos seis meses de presidencia. Además de la ampliación y de las negociaciones con futuros socios (Rumania y Bulgaria), Dublín se ha marcado como uno de los objetivos de su presidencia la mejora e intensificación de las relaciones transatlánticas. "Tenemos diferencias sobre algunas cosas , pero eso no quiere decir que no debemos trabajar juntos", señaló Ahern.

El fracaso de las conversaciones del pasado diciembre dejó en el aire la firma del esperado tratado constitucional. Las negociaciones se rompieron porque España y Polonia no aceptaron el reparto de poder del proyecto constitucional. Sin embargo, el Ejecutivo irlandés afronta su período al frente de la UE con "moderado optimismo", con esperanzas de que en los próximos meses se resuelvan las diferencias que la saliente presidencia italiana no ha podido solucionar. "Confío en que tendremos una Constitución, pero creo que todavía hay algunos temas fundamentales que hay que resolver" y puede llevar "algún tiempo", dijo ayer Ahern en declaraciones a la cadena pública británica BBC.

Bertie Ahern tiene fama de campechano, de poseer un carácter práctico y de ser un gran negociador y, junto al ministro de Asuntos Exteriores, Brian Cowen, ha influido positivamente en las laberínticas conversaciones del proceso de paz en Irlanda del Norte.

Buen conocedor de la naturaleza de los procesos negociadores, Cowen, abogado de profesión, ha advertido de que la presidencia irlandesa ignorará cualquier acuerdo verbal al que hayan llegado Berlusconi y los líderes de la Unión en el pasado. Partirán de cero. Uno de los damnificados podría ser el primer ministro británico, Tony Blair, que cree que "ya hay consenso" sobre el mantenimiento de su derecho al veto en materia de fiscalidad y de política exterior, dos asuntos que también dividen a los Quince.

Según el tándem Ahern-Cowen, el punto de partida de la presidencia irlandesa será el borrador del tratado constitucional, que fue formalmente aceptado por todos los países miembros. Cowen habla a menudo de "de la psicología de unas negociaciones". "Sabemos -ha explicado el jefe de la diplomacia irlandesa- que cuando hay gente involucrada en situaciones conflictivas siempre quiere hallar una salida política". "Al principio, debemos de mantener un perfil discreto para escuchar y comprender dónde nos encontramos. Si en marzo podemos ser más agresivos será cuestión de preguntarse colectivamente si podemos seguir adelante o no".

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El primer ministro irlandés ha reconocido que todo apunta a que los países miembros "necesitan más tiempo" ya que el calendario electoral de algunos socios, como España -que se opone a la reforma del sistema de votos junto con Polonia-, "complica la situación". Además, el Gobierno irlandés tampoco es partidario de crear una Europa de "dos velocidades" con "grupos pioneros" que, ante la ausencia de acuerdo, tomen las riendas el proceso de ampliación de la UE, tal y como propone Francia y Alemania. La posible intención de "los países grandes

[en referencia a Alemania y Francia]" de apostar por una Europa de dos velocidades "crearía muchas disparidades y divergencias que no serían buenas para el conjunto de la población europea", advirtió ayer Ahern.

El primer ministro irlandés, Bertie Ahern, ayer en el Castillo de Dublín.
El primer ministro irlandés, Bertie Ahern, ayer en el Castillo de Dublín.EFE

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