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Los chiíes pedirán apoyo a la ONU para adelantar las elecciones en Irak

El plan firmado el 15 de noviembre para la transferencia del poder a un nuevo Ejecutivo iraquí en julio -firmado por la autoridad civil de EE UU y el Consejo de Gobierno- no convence a buena parte de los miembros de este consejo transitorio, que ayer anunció que pedirá al secretario general de la ONU, Kofi Annan, que envíe a Bagdad a un representante para estudiar la posibilidad de celebrar elecciones locales sin dilación, algo no previsto en el citado pacto.

Son los chiíes, que suponen el 60% de los 25 millones de habitantes del país, los que con más insistencia presionan para que los iraquíes acudan a las urnas. El 27 de noviembre, menos de dos semanas después de suscribir el acuerdo, Ali Sistani, líder religioso y político de los chiíes, reclamó la celebración de comicios municipales y legislativos. Ayer también exigió elecciones Ibrahim Safari, portavoz del partido Dawa, de la misma confesión islámica. "El Consejo de Gobierno va a pedir a Kofi Annan que examine la posibilidad de celebrar elecciones inmediatamente", declaró a France Presse. Safari afirmó que deberían emplearse las cartillas de racionamiento distribuidas por el régimen de Sadam tras la guerra del Golfo, en 1991, para elaborar el censo electoral.

El acuerdo del 15 de noviembre prevé que antes del 31 de mayo del año entrante debe constituirse una Asamblea Legislativa transitoria cuyos miembros serán elegidos por el Consejo de Gobierno y los consejos provinciales y municipales, organismos tutelados estrechamente por la Administración de EE UU, dirigida por Paul Bremer. Esa Asamblea nombrará al nuevo Ejecutivo, que asumirá el poder el 1 de julio. Para el 19 de enero está prevista una reunión en Nueva York entre una delegación del Consejo de Gobierno -formada por el chií Abdel Aziz Al Hakim, el suní Adnan Pachachi y el kurdo Masud Barzani- y Kofi Annan. Otro tema candente, el papel que puede jugar la ONU, ahora ausente en el proceso de transición, estará sobre la mesa.

Alarma en Hamburgo

Los insurgentes atentaron ayer, por segunda vez en 48 horas, en el distrito bagdadí de Karrada, una zona repleta de comercios. Hicieron estallar una bomba por control remoto contra un convoy estadounidense. Ningún soldado murió, pero sí perdió la vida un iraquí y al menos tres fueron heridos. Se organizó inmediatamente una manifestación espontánea que clamó contra "el terrorismo". Pero también, como sucede casi siempre, contra la ocupación.

Por otro lado, informaciones provenientes de un servicio secreto estadounidense acerca de un posible atentado por parte del grupo integrista iraquí Ansar al Islam desataron ayer un amplio operativo de seguridad en torno a un hospital militar alemán en Hamburgo, informa Ciro Krauthausen. Anoche, sin embargo, la policía ni había encontrado explosivos ni había detenido a ningún sospechoso. En el hospital militar no se encuentran en tratamiento soldados estadodunidenses heridos en Irak.

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