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El nuncio del Vaticano en Burundi muere en un ataque de rebeldes hutus

El nuncio apostólico en Burundi, el sacerdote de origen irlandés Michael Courtney, de 58 años, murió ayer a consecuencia de los disparos que recibió en un ataque atribuido por el Ejército a rebeldes hutus que se niegan a participar en el proceso de pacificación del país africano. La muerte del embajador del Vaticano se produjo en una emboscada contra su vehículo en las inmediaciones de la localidad de Minago, 40 kilómetros al sur de Bujumbura, la capital del país. Los otros dos ocupantes del coche de matrícula diplomática y con la bandera vaticana resultaron ilesos, según afirmó un portavoz del Ejército, que responsabilizó de la acción al grupo Fuerzas Nacionales de Liberación (FNL).

"No tenemos nada contra el nuncio. Tenemos fuerzas en la zona donde sufrió la emboscada, pero juro que no fuimos nosotros quienes le atacamos", aseguró un representante de los rebeldes hutus para desmentir cualquier relación del FNL con los hechos. El delegado de la Santa Sede recibió tres balazos, uno de ellos en la cabeza, según fuentes hospitalarias de Bujumbura. "Intentamos reanimarle y le hicimos una transfusión de sangre, pero su estado era ya muy grave cuando ingresó y murió a consecuencia de sus heridas", agregó la misma fuente.

El Gobierno de Burundi y las Fuerzas de Defensa de la Democracia (FDD), el principal grupo rebelde hutu, llegaron a un acuerdo el pasado mes de octubre para compartir el poder después de una década de guerra civil que se ha cobrado unas 300.000 muertes en un país donde la minoría tutsi ha dominado el poder político frente a la mayoría hutu. El FNL rechazó las negociaciones y ha seguido lanzando ataques en torno a Bujumbura, a pesar de que los líderes de los países de la región de los Grandes Lagos le han lanzado un ultimátum para que cese la violencia y se sume al proceso de paz antes de que acabe el mes de enero.

Un sacerdote aseguró que el nuncio regresaba ayer a la capital del país después de haber asistido en Minago a un funeral por un religioso. Courtney tenía previsto ser enviado a Cuba en las próximas semanas, después de tres años de misión diplomática en Burundi. Antes fue observador permanente de la Santa Sede en el Consejo de Europa, en Estrasburgo, y, sucesivamente, consejero en las nunciaturas de Egipto, Suráfrica, Zimbabue, Senegal, India y Cuba.

El Vaticano calificó la muerte del nuncio como "un caso sin precedentes" tras un siglo de convulsiones y dos guerras mundiales.

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